Un nuevo sondeo global revela que los administradores empresariales de 30 países apuestan a activos seguros en mercados emergentes.
Valentín Carril, director de Inversiones y economista jefe para América Latina de Principal Asset Management, detalla que en esta oportunidad se encuestó a 704 empresas dedicadas a estos temas. Entre ellas, fondos de pensiones, fondos soberanos, consultores de pensiones y empresas de assett management de 30 países que manejan $20,7 billones.
Por primera vez, el estudio se centra en las economías emergentes, donde están China, India, Rusia, Sudáfrica, Grecia, Turquía y países como Brasil y Chile.
Cuatro fueron las preguntas; entre ellas, si los mercados emergentes y desarrollados van a continuar convergiendo; qué va a orientar sus decisiones de inversión, y las clases de activos que más demandarán los inversionistas.
Los encuestados prevén que la convergencia entre emergentes y desarrollados va a continuar en lo económico, modos de invertir y calidad de vida.
Los tres países que han convergido más en los últimos 30 años son China, Turquía y Chile, que han acortado en más de 20% la brecha de ingreso per cápita con Estados Unidos.
El 56% cree que la correlación entre clases de activos seguirá aumentando, lo que hace más difícil la diversificación para reducir riesgos.
Cambió la forma de ver a los emergentes, ahora los ven menos volátiles. De hecho, dice Carril, los encuestados están esperando que con la incorporación de China, el peso de estas economías en el mundo global de acciones subirá en los próximos cinco años.
Las acciones chinas al momento no están en el índice global MSCI (salvo las de Hong Kong), y sólo cinco países de América Latina lo están: Brasil, México, Colombia, Perú y Chile.
En cinco años, las acciones chinas debieran estar en el MSCI, y cuando ocurra, dice el ejecutivo, va a fluir mucha más plata para todos los que manejan inversiones, porque ya tendrán un benchmark o referencia para comparar.
El 56% de los administradores de inversión encuestados cree que los activos de países desarrollados y emergentes seguirán aumentando su correlación o moviéndose en el mismo sentido, lo que hace difícil diversificar riesgos.