El Banco Central de Costa Rica (BCCR) recibió cuestionamientos sobre sus previsiones para este y el próximo año, así como a la nueva medida aplicada en la posición de moneda extranjera (PME) de las entidades financieras.
Las críticas surgieron en el foro "Programa Macroeconómico 2017-2018: Análisis y discusión", organizado por la Academia de Centroamérica el pasado 17 de enero.
Francisco de Paula Gutiérrez, ex presidente del BCCR y el economista Luis Mesalles, fueron los encargados de lanzar una serie de cuestionamientos a la autoridad monetaria sobre sus expectativas, a su parecer demasiado optimistas, para el periodo 2017-2018.
En el panel también participaron el presidente del Banco Central, Olivier Castro, también el gerente del Central, Eduardo Prado y Edna Camacho, presidenta de la Academia.
En diciembre pasado, el Central presentó el Programa Macroeconómico 2017-2018, en donde anunció que esperaba un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 4,1% para 2017 y la misma cifra para 2018. Precisamente, el primer cuestionamiento de los economistas llegó en esta trinchera.
Al analizar las expectativas del Central, el primer comentario de Gutiérrez fue "me parece raro que sean tan optimistas", afirmación que posteriormente fue apoyada por Mesalles.
Para Gutiérrez, no hay razones de peso para pensar que el 2017 obtendrá un mayor crecimiento que el año previo, y destacó que este positivismo no estaba presente únicamente en la expectativa de crecimiento del PIB, si no también en otras variables macroeconómicas, a saber, la inversión extranjera directa, ahorro, inversió privada e inclusive el déficit fiscal.
Ante esto, el presidente del BCCR indicó que "no podemos hundir la barca, antes de que la guerra empieza. Estamos claros en que este año, más que ninguno, el mantener el ojo avisor será importante. Si alguna de las amenazas se da se buscará la forma de mitigarlas".
La autoridad monetaria proyecta que la inversión extranjera directa pasaría de $3.200 millones en 2016 a $3.420 millones en 2017.
Las dudas expuestas por los economistas surgen ante la incertidumbre de qué va a pasar a partir del 20 de enero, cuando Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos (principal socio comercial de Costa Rica).
Respecto a la inversión privada, el BCCR proyectó que pasaría de una variación interanual negativa (-2,9%) a un crecimiento de 7,7% en 2017 y que para el 2018 repuntaría 9,2%.
Gutiérrez exaltó que no se puede afirmar con tanta tenacidad que la inversión crecerá en ese ritmo durante el 2017, al tratarse de un año electoral que siempre genera incertidumbre y en el que se proyecta un incremento de las tasas de interés.
También se le cuestionó que proyectara un déficit fiscal de 5,9% para 2017 y de 6% para 2018. En esta línea los cuestionamiento llegaron ante la inexistencia de una reforma fiscal que genere más ingresos al Ministerio de Hacienda.
"Si los recursos no están disponibles, cómo se va a financiar eso. Hasta dónde da el mercado doméstico", indicó Gutiérrez.
Cuestionamientos sobre nueva regla cambiaria
Entre tanto, Mesalles se encargó de desmenuzar la nueva medida para el manejo que los intermediarios cambiarios deben dar a su PME.
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El Central definió, también en diciembre, que los intermediarios deben cumplir con una nueva igualdad. La posición propia autorizada de divisas respecto al patrimonio en dólares, deberá ser igual a la razón del activo en dólares como proporción del activo total.
Así, cada entidad deberá definir la estrategia para cumplir con la nueva disposición y esta pasará a revisión de la gerencia del Central.
Sobre la medida, Mesalles destacó que aunque es lógico buscar un plan para tratar el alto grado de dolarización del país y el control que tienen unos pocos en el manejo del tipo de cambio, pero afirmó que "no me queda claro que la medida adoptada solucione esa preocupación".
Este economista indicó que al analizar la posición en dólares de los bancos, la mayoría son privados y de dueños extranjeros, "lo que a uno le parecería puede ser lógico, pero al BCCR le parece que eso es de preocupación".
Mesalles explicó que pueden darse casos de bancos que tienen una cartera dolarizada, pero que poseen una PME baja, por lo que van a tener que elegir entre dos caminos: aumentar su posición de divisas, para mantener su cartera en dólares, o tomar la decisión de salirse del mercado de crédito en dólares, para llevar su grado de dolarización a cero.
Mesalles brindó el ejemplo del Banco Nacional, que cuenta con una PME prácticamente igual a cero, pero que al mismo tiempo tiene cierto grado de dolarización de sus activos. Esta entidad deberá elegir entre los caminos antes citados, citó.
Lo anterior, podría llevar a los bancos más bien a aumentar la posición en moneda extranjera de algunos bancos, según el economista.
Esta no es la primera ocasión que se cuestiona la nueva medida, Gerardo Corrales y Melvin Garita también se han encargado de hacerlo.
Corrales ha indicado que la medida es contradictoria a los objetivos del Central de mantener relativa estabilidad interna de las tasas de interés, salvo que estén pensando suministrar esa liquidez incremental en colones y dólares.
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Por su lado, Garita ha afirmado que cumplir la regla implementada por el Central implicaría un shock monetario negativo, que claramente el BCCR trataría de suavizar, pero que también implicaría una mayor ineficiencia del sistema financiero.
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