El peso de los créditos del sistema financiero formal en Costa Rica equivale a la mitad de la producción, proporción que está por abajo de países de similar ingreso y que abre la oportunidad para que el sector bancario siga creciendo en los próximos años.
La importancia relativa del sistema financiero entre la economía costarricense mantiene una tendencia creciente en los últimos 20 años, pero se encuentra por abajo del promedio de naciones de ingreso medio.
La profundidad de este sector –medida por el saldo de créditos al sector privado entre el Producto Interno Bruto (PIB)– ha crecido insistentemente desde 1995, pues el indicador pasó de 10,6% a 50,4% en el 2013.
Esta es una de varias mediciones que se utilizan para determinar la proporción que tienen los servicios de intermediación dentro de una economía.
De acuerdo con los datos del Banco Central, para el 2014, la cartera de créditos al sector privado fue el equivalente a 54% de la producción.
Sin embargo, el aumento registrado en estas dos décadas ha sido insuficiente para alcanzar el promedio de profundización que llevan los países de ingreso medio, según el cálculo y clasificación hecha por el Banco Mundial (BM).Con respecto a los países desarrollados, el país se encuentra aún más alejado si se toma como referencia a Estados Unidos.
En comparación con los otros países del Istmo, Costa Rica es el tercero, superado por Panamá y Honduras, que en años recientes ha elevado su tasa de crecimiento. El primero de estos países se sale de la tendencia debido a que es un centro financiero internacional.
El nivel o peso que muestra el sistema financiero bajo esta medición y al compararla con la de otros países sugiere que en el país aún existe margen para que se incremente la presencia de los servicios de intermediación en la economía.
Para el economista William Calvo, el peso del sector demuestra que hay espacio para aumentar la participación por medio del crédito, aunque advirtió que ese porcentaje depende del desempeño de la economía costarricense.
Si un país otorga más préstamos, esos recursos se traducen en consumo o inversión, que luego impulsan la producción.
Más servicios financieros¿Cómo podrían la banca o empresas financieras del país subir la participación del crédito?
Según Carlos Brina, subgerente de Scotiabank, la posibilidad de aumentar la presencia depende de varios factores entre los que están aumentar la educación financiera a todo nivel, fomentar el ahorro a los sectores de más bajos ingresos mediante mecanismos formales y facilitar la obtención de medios de pago como las tarjetas de débito o crédito.
Brina afirmó que también se debe incentivar el uso de los medios electrónicos bancarios como los servicios en Internet, la banca por teléfono móvil y el Sistema Nacional de Pagos Electrónicos (Sinpe), así como facilitar a las entidades bancarias acceso a información para la toma de decisiones sobre crédito; esto implica el desarrollo de una oficina integral del crédito y acceso al historial por parte de entidades.
José Luis Arce, economista de la firma Cefsa y expresidente del Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif), dijo que para levantar aún más la importancia relativa de este sector se requiere de mejoras en los servicios financieros, es decir, que sean baratos y eficientes.
Agregó que lo anterior incluye el mejoramiento de los márgenes de intermediación financiera, lo cual haría a los préstamos más accesibles.
Sin embargo, esto depende de los costos de operación de la banca y de condiciones macroeconómicas. Por ejemplo, si el déficit fiscal no se corrige, permanecerá la presión sobre las tasas de interés.
Para otros, la labor de los bancos también incluye otras tareas que pueden ser diferentes de la gestión de créditos.
Hairo Rodríguez, gerente general de Banco Cathay, dijo que existen iniciativas nacionales para lograr más inclusión de personas en el sistema, no así un aumento de saldos en los créditos.
Según el ejecutivo, la existencia de esquemas como prestamistas, banca no supervisada, empresas de crédito personal y las firmas que financian la compra de electrodomésticos son evidencia de que los bancos tienen trabajo por hacer para tratar de ganar a los clientes que escogen esas opciones.
La recuperación de Costa Rica
En la década de los ochenta, la profundidad del crédito se vino abajo y llegó hasta el 10% luego de estar cercana al 30% en años anteriores. La recuperación tomó siete años, pero luego la tendencia prosigió.
En la segunda mitad de la década de los noventa, se permitió la apertura de cuentas corrientes a los bancos privados y su consecuente despegue.
Más adelante, entre el 2004 y 2006, llegaron los denominados megabancos, entidades del extranjero caracterizadas por su gran tamaño y con presencia en muchos países.
Para los analistas, esos hechos dieron paso a más competencia y una ampliación de los servicios, lo que implicó ampliación del crédito a personas y empresas.
Calvo explicó que con una mayor cantidad de entidades, hubo un aumento en la disponibilidad de fondos para préstamos y probablemente más agilidad para que las personas consiguieran recursos.
De acuerdo con Arce, la recuperación ocurrida a lo largo de las décadas anteriores puede interpretarse como una buena señal, pues implica que se volvió a canalizar dinero hacia el sector privado.
El crecimiento del país fue destacable. En 1993, el indicador de profundidad financiera costarricense estaba por abajo de 142 países, de los cuales 101 tenían un mayor desempeño del crédito con respecto a su producción.
Sin embargo, 20 años después, esas cifras muestran un cambio y la cantidad de países que superaban a Costa Rica disminuyó en el 2013 a 63 naciones.
A pesar de la mejora, el sistema financiero no logra superar el promedio global. El dato más reciente indica que, entre todos los países analizados, el crédito pesa un 62% de la producción, 12 puntos porcentuales más que el indicador costarricense.
Costa Rica sí supera al promedio de los países que tienen un ingreso medio bajo, es decir, aquellos en donde el ingreso nacional bruto es menor a $4.125. El indicador nacional es de $9.950 per cápita, según los datos del BM.
Limitación económica
La falta de más crecimiento en el peso de los préstamos entre el total de la economía es explicada, en primer término, por el propio comportamiento de la producción.
Los analistas mencionan que al tener Costa Rica crecimientos débiles en el PIB se tendrá como consecuencia que el crédito tampoco crecerá de manera considerable y viceversa.
Lo anterior lo explican con lo sucedido después de la crisis económica mundial del 2008 y 2009, pues posterior a esos años se ha tenido un crecimiento tímido del PIB que ha estado entre el 3,4% y el 5,2%. .
Aún así, el sector financiero costarricense ha sido uno de los más dinámicos en la economía local y en los últimos 10 años su crecimiento ha estado por encima del PIB.
Leonardo Acuña, subgerenete del Banco de Costa Rica, argumentó que si la producción costarricense muestra tasas que superen el promedio histórico (4%), entonces sería un factor a favor para que continúe la profundización financiera y bancaria.
Arce explicó que el crecimiento del crédito supone mejores posibilidades para que la inversión y el consumo se realicen, de lo contrario, esas transacciones quedarían supeditadas al ingreso disponible de las familias y de las empresas.
“Los préstamos son como una máquina del tiempo que hace posible traer el consumo futuro al presente”, agregó el especialista.
Un aumento desmedido del endeudamiento de personas y empresas tampoco es recomendado, pues podría comprometer la salud financiera del país.
En caso de que el crédito sea excesivo puede ocurrir lo que se denomina como un recalentamiento de la economía con consecuencias indeseables para las autoridades monetarias como un aumento descontrolado de la inflación, apuntó Carlos Brina.
Si en los últimos 20 años Costa Rica multiplicó por cinco su crecimiento en el porcentaje de crédito entre PIB y si mantiene ese ritmo, entonces es probable que en relativamente poco tiempo alcance los niveles que muestran los países de ingreso medio (85%), dijo Acuña.
Por su parte, Rodríguez confía en que iniciativas recientes estimulen una mayor bancarización de las personas, tal es el caso de las transacciones por medio de teléfonos móviles (Sinpe móvil, lanzada recientemente) y la cuenta de expediente simplificado.
Para los bancos la profundización financiera comienza con la inclusión de personas dentro del sistema y se completa con la concesión de los préstamos.