El Banco Crédito Agrícola de Cartago (Bancrédito) vendió cerca del 40% de su cartera al último corte realizado la semana pasada para el cierre de junio, mientras se prepara para convertirse en un banco de fomento.
El banco tiene 25 días para vender el 60% restante de su cartera y salir del negocio de intermediación financiera, según comentó Gina Ampiée, directiva del banco.
La venta se da luego de que la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) diera la autorización y realizara dos revisiones previas al banco.
Sin embargo, aún las autoridades de Bancrédito no han recibido la aprobación del plan para seguir adelante con la transformación de la entidad.
Según Ampiée, Sugef aprobó el pasado jueves la venta de parte de la cartera a una de las entidades financieras del país, cuyo nombre aún no ha sido confirmado y, el lunes pasado, el gerente del banco firmó dos cartas de venta más.
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El monto total de la cartera vendida es de $50 millones y ¢60.000 millones.
Entre las entidades financieras oferentes y compradoras de la cartera de Bancrédito figuran el Banco Nacional, Banco de Costa Rica, Banco Popular, BAC San José, Davivienda y Mucap.
Cada uno negociará la porción y el tipo de cartera que le interesa y tal como aseguró Ampiée. Las negociaciones se están llevando a cabo sin ningún descuento, indistintamente del estado en el que se pueda encontrar la cartera.
"Como tenemos que vender toda la cartera antes del 31 de julio, tampoco descartamos la posibilidad de tomar luego los créditos por tamaño y 'empaquetarlos' en un difeicomiso para tratar de venderlos así y luego realizar las aclaraciones que sean necesarias", aseguró Ampiée.
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Paralelamente al proceso de venta de cartera, la entidad anunció el cese del 46% de sus empleados que cumplen funciones operativamente relacionadas al área de intermediación financiera, es decir, 312 personas.
Adicionalmente, se reducirán otros departamentos relacionados con la intermediación financiera, como transportes o auditoría.
A partir de agosto, se despedirá al resto de los colaboradores y continuarán trabajando alrededor de 150 funcionarios, que sería recontratados.
"Tenemos que cerrar la intermediación prácticamente ya. Para el 31 de julio tenemos que tener toda la cartera vendida y los pasivos por intermediación en cero. Eso implica cierre de sucursales y el cierre de operaciones", admitió la directiva.
El monto total de la liquidación de estos primeros 312 empleados despedidos asciende a casi ¢4.000 millones.
También admitió que a toda la planilla del banco se le está invitando a salir, especialmente a aquellos que a pesar de que poseen cargos que por sus funciones podrían quedar dentro del banco, tienen salarios muy altos. La nueva estructura se caracterizará por tener salarios únicos sin pluses salariales.
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"Conforme se vaya vendiendo la cartera vamos a cubrir el resto de los despidos. Sin embargo, también tenemos obligaciones con inversionistas y si se diera el caso de que no pudieramos cubrir todo, tendríamos que recurrir al ministerio de Hacienda, aunque esperamos que no sea necesario", concluyó.
Ampiée aseguró que la propuesta de la invitación realizada a los funcionarios con los salarios más altos fue hecha por Gerardo Porras, gerente de Bancrédito y que, pese a que Porras no se irá inmediatamente del banco, la directiva comentó que "probablemente, en el momento que logremos la conversión al otro banco, él mismo tomará la decisión".