El déficit fiscal (diferencia entre ingresos y gastos) del Gobierno Central llegó a 4,8% del Producto Interno Bruto (PIB) en el acumulado a octubre del presente año, según las cifras reveladas este viernes 20 de noviembre por el Ministerio de Hacienda.
Al mismo corte del año pasado, el déficit había llegado a 4,5% del PIB.
Esta mañana, Hacienda enfatizó en la necesidad de aprobar el paquete fiscal que se encuentra en el Congreso que, de no obtener luz verde en 2016, requeriría aplicar medidas de recorte en servicios sociales.
Los gastos totales del Gobierno continúan creciendo de forma más acelerada que los ingresos fiscales. Los ingresos totales alcanzaron una cifra de ¢3.241.326 millones, luego de una variación interanual de 8,5%.
Mientras, los gastos totales reportaron un dinamismo de 9,6%, para un total de ¢4.589.189 millones.
Por el lado de los ingresos, el impuesto de renta registró un crecimiento de 14,8% (en contraste con el 6,3% al mismo corte de 2014), para un total de ¢951.787 millones recaudados.
Esa cifra compensó, en parte, la reducción de dos rubros: el impuesto de ventas y el de sociedades anónimas. El primero, pasó de reportar 8,9% de dinamismo a octubre de 2014, a 3,9% en este año.
Sin embargo, las sociedades fueron las que dieron el giro negativo más pronunciado, pasando de 9,9% en 2014 a una cifra negativa de 17,7% este año.
En esta línea, Hacienda destacó la urgencia de aprobar el proyecto de creación de impuesto personas jurídicas (Expediente 19.505), dado que la Sala IV había declarado inconstitucional el gravamen anterior.
En los gastos, las transferencias siguen pesando más en el rubro total de egresos del Gobierno (38% de los gastos), y crecieron 8,6%.
Las remuneraciones ocupan el segundo lugar, capturando el 36% (¢1.657.096 millones) de los gastos totales.
Sin embargo, los intereses son los que siguen creciendo más en cada periodo. A octubre de este año, la variación interanual fue de 14,1%, un egreso total de ¢645.710 millones, considerando compromisos externos e internos.
Los compromisos internos son los que más pesan en las responsabilidades del Gobierno Central, pero los intereses de la deuda externa son los que crecen a un ritmo más acelerado (35,4%).
Dada la situación, Hacienda destacó que no hay tiempo para esperar más por la aprobación del paquete de reformas fiscales.
Según Helio Fallas, ministro de la cartera, en caso de no aprobarse la reforma fiscal al inicio de 2016, las consecuencias serían poco alentadoras: se tendría que pensar en aumentar más la tasa del Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA) y sería imposible sostener abajo las tasas de interés en colones.
De no hacer un ajuste pronto, el paquete de impuestos será mayor. En 2018 tendría que alcanzar un de 5% o 6% del PIB, mientras hoy el ajuste es de 3,75%.
El aumento del gasto implicará un mayor endeudamiento y deterioro de servicios sociales, mientras que la creciente deuda reducirá el gasto social y de infraestructura.
A la vez, las calificadoras de riesgo y los organismos financieros tienen puesto el ojo sobre Costa Rica que, en caso de no aprobar la reforma, podría recibir una baja en su calificación y dificultad para acceder a créditos internacionales.