Los inversionistas en Costa Rica siguen protegiéndose contra las eventuales fluctuaciones de la inflación.
Así lo demuestran las cifras del mercado de valores en lo que se refiere a transacciones de bonos en Unidades de Desarrollo (UDES).
Incluso, el Ministerio de Hacienda mantiene en su plan de captaciones bonos en esta unidad de valor. A finales de noviembre pasado, sus colocaciones en este tipo de valores fueron casi tres veces mayores a las del 2012, pero sin alcanzar el monto del 2011 que fue superior.
El Banco Central de Costa Rica (BCCR) también apostó por diversificar su captación, pues su colocación en UDES fue de ¢99.094 millones este año, mientras que en el 2012 no hizo ni una sola emisión de este tipo.
Según el Registro Nacional de Valores e Intermediarios, solamente Hacienda y el BCCR mantienen vigentes bonos en UDES. Este unidad monetaria tuvo mayor dinamismo cerca del año 2004, cuando entidades como el Banco Nacional (BNCR) estructuraron préstamos en estos valores para proteger contra la inflación.
Del 2008 hacia atrás, las variaciones anuales en los precios medidos por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) eran superiores a las que se registran en los últimos cuatro años, pues se trataba de niveles que superaban el 10% de aumento.
“Era una salvaguarda contra la inflación”, dijo el economista y exgerente del BNCR William Hayden, al referirse a los motivos por los que utilizaron las UDES en ese entonces.
Según Hayden, la utilización de estos valores en años de inflación controlada pierde justificación, pues no se esperan variaciones abruptas en el indicador.
Actualmente, el BNCR tiene un saldo de ¢40.000 millones en créditos en UDES. Según Bernardo Alfaro, subgerente de finanzas y riesgo de la entidad, entre mayo del 2007 y mayo del 2009 la tasa de inflación superó a la Tasa Básica Pasiva (TBP), lo cual incrementó la tasa final de interés y les restó competitividad frente a préstamos en dólares y colones.
En el mercado
En el mercado secundario, donde los inversionistas compran y venden bonos, el volumen de las transacciones en esa unidad se triplicó entre el 2013 y el 2012.
En total, se negociaron este año ¢12.671 millones en títulos en UDES de Hacienda.
Sin embargo, ese tipo de instrumentos son la minoría entre el total de negociaciones que se hacen con valores del Gobierno, pues representaron un 1% del total entre enero y noviembre del 2013.
En el mercado tienen más liquidez los bonos de tasa fija en colones y dólares, los de tasa variable y los de corto plazo (menores a 360 días).
Las recientes subastas por parte del Gobierno de títulos en UDES han sido a plazos largos que van con vencimientos desde el 2026 hasta el 2043, agrupados en cinco series de bonos.
Desde el punto de vista de los inversionistas, algunos conservan el interés por razones estratégicas. Ese es el caso de la operadora de pensiones Vida Plena, pues su gerente general, Alejandro Solórzano, detalló que conservan estos valores dentro del portafolio por la diversificación que se debe tener, en este caso, frente a las variaciones inflacionarias.
Explicó que este tipo de valores permiten asegurar en parte un rendimiento mínimo real para los fondos de pensión, aspecto clave en el largo plazo para mantener el valor de los recursos.
El funcionario detalló que con estos valores se enfrentan a abruptas variaciones en la evaluación a precios de mercado, pues suelen ser muy sensibles a los cambios. Además, dijo, en periodos de inflación controlada el atractivo de los bonos se mantiene si el premio ofrecido en el rendimiento es relativamente alto.
Para Vanessa Olivares, gerenta general de BCR Valores, los bonos en UDES en grandes portafolios garantizan un rendimiento real positivo en todo el plazo que se quiera, además se controla el indicador de inflación dentro de la cartera.
El inconveniente local para estos instrumentos es la escasa liquidez para esos títulos, pues el número de inversionistas interesados es reducido, agregó.