Londres. El gobierno británico presentó su proyecto de reforma bancaria presionado por el Parlamento y amenazó a los bancos que irrespeten las nuevas reglas.
La propuesta dividiría, para 2019, las actividades comerciales de las inversiones en los bancos y obligaría a que existan dirigentes propios y una gestión de riesgos separada.
El ministro de Finanzas, George Osborne, quien espera que la ley sea votada a principios de 2014, llamó la atención de las entidades bancarias y afirmó que serán firmes en la aplicación de la nueva normativa.
"Mi mensaje a los bancos es claro, si un banco incumple las reglas, el regulador y el Tesoro podrán llevar a cabo una separación total de las actividades comerciales y de inversión. Nuestro país ha pagado un precio más alto que ninguna otra economía grande debido a lo que estaba muy mal en nuestro sistema bancario. No más recompensas para las quiebras. No más demasiado grande para caer. No más contribuyentes pagando los errores ajenos", dijo el ministro.
Los banqueros, por su parte, son muy críticos con el proyecto de reforma.
"Esto va a crear incertidumbre para los inversores y va a hacer más difícil para los banqueros encontrar capital, lo que significará que los bancos tendrán menos dinero para prestar a las empresas", comentó Anthony Browne, director general de la asociación de banqueros británicos BBA.