El Gobierno mexicano presentará mañana domingo su propuesta para una ambiciosa reforma fiscal, que puede incluir nuevas subidas de impuestos y que varios expertos consultados por EFE temen sea incapaz de redistribuir la riqueza y bajar la pobreza.
Desde la firma del Pacto por México, en diciembre de 2012, el Gobierno anunció el compromiso de impulsar una reforma para eliminar privilegios fiscales, reducir la informalidad y reestructurar los impuestos directos e indirectos.
También prometió sustituir los subsidios y los regímenes especiales con un sistema "eficaz, transparente y progresivo" en el que "el que más gana, más paga" , y a la vez se comprometió a no entregar "más subsidios a la población de altos ingresos" .
En declaraciones previas a la presentación, el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, anticipó esta semana que la reforma fiscal tiene dos principales ejes: abordar el tema social e impulsar el crecimiento.
En ambos casos se proponen diversas medidas como subsidios para el retiro y seguro de desempleo, se pretende impulsar el crecimiento económico e incentivar la inversión y el empleo, así como reducir la informalidad, acabar con la desigualdades y apoyar a las familias mexicanas de menores ingresos.
En semanas previas a la presentación de esta reforma se ha venido informando sobre la posibilidad de que la propuesta incluya incrementos al Impuesto sobre la Renta, que puede alcanzar un techo del 40%, desde el 30% actual.
También se han anticipado la posibilidad de que se grave con el IVA a alimentos y medicinas, lo que ha despertado un rechazo de la izquierda, así como nuevos impuestos a bebidas alcohólicas y no alcohólicas, a los alimentos chatarra y a las pymes, entre otros.
"Muy probablemente no será una reforma comprehensiva, sino más bien una miscelánea fiscal remasterizada, ya que en el contexto económico-financiero global sigue reinando la volatilidad y desconfianza " , dijo a Efe el director de la licenciatura en Administración Financiera del Tecnológico de Monterrey, Oliver Ambía.
Por su parte, el director del programa de Economía y Finanzas de la Escuela de Negocios de la misma institución, Raymundo Tenorio Aguilar, afirmó que la controversia sobre la reforma está en que para unos solamente busca incrementar impuestos a los que siempre pagan.
Por otra parte, se teme que "en lugar de simplificar el pago, este se vuelva nuevamente más complicado y difícil de supervisar" , indicó el experto, y agregó que la meta que se estima lograr es que la recaudación pase de 11,5 % del PIB actual al 18 %.
El propósito del Gobierno es simplificar también la gestión fiscal para, entre otras cosas, combatir el hecho de que dos de cada tres trabajadores son informales, y no están inscritos en el Seguro Social.
La reforma también ha prometido reducir la dependencia del gobierno de los ingresos petroleros, que suponen más del 30% de la recaudación total, lo que genera escepticismo en todos los sectores.
Uno de los aspectos más criticados del régimen fiscal son las exenciones de impuestos a las grandes empresas, tema que ha sido criticado por todos los partidos de izquierda, aunque los analistas dudan de que pueda haber resultados en ese sentido.