La poca variación de las expectativas de las familias acerca de su situación económica actual y futura, así como las condiciones del país en meses venideros, están haciendo que la confianza de los consumidores se mantenga decaída.
En una escala de cero a diez, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) de EF marcó para marzo pasado un puntaje de 4,4, lo que representa un aumento de una décima con respecto a febrero del 2013 (4,3), pero es idéntico a marzo del 2012 (4,4).
Desde febrero del 2011, el ICC no logra valores superiores a los cinco puntos, es decir, valores que demuestren confianza entre los consumidores.
Lo anterior hace que este periodo sea el más largo en la zona del pesimismo desde que el indicador nació en enero del 2005. Acumula un total de 26 meses en la zona de desconfianza.
El índice es elaborado con base en una encuesta mensual a los hogares realizada para EF por la firma Unimer y determina la confianza de las personas o familias respecto a la condición económica actual, futura, de sus ingresos y de la situación del país.
El incremento de marzo pasado sirvió para aliviar parcialmente el descenso entre enero y febrero, cuando pasó de 4,6 a 4,3.
En lo que va del año, el ICC no ha igualado el punto más bajo que tuvo en el 2012, que fue de 4,2.
Incluso, el promedio del primer trimestre del 2013 (4,4) es igual al último del año pasado.
En los últimos dos años, el promedio trimestral más alto fue el concluido en marzo del 2011, con 5,1 puntos.
Lo anterior indica que el consumidor ha carecido de señales en el entorno que le hagan mejorar drásticamente su manera de pensar y, más bien, tiende a creer que no habrá variaciones.
Sin cambios
La directora regional de desarrollo de Unimer y encargada del proyecto de ICC, Valeria Lentini, explicó que no hay modificaciones en la opinión de las familias respecto a su situación actual, pues la mayoría sigue pensando que es un mal momento para comprar artículos grandes para la casa, y se mantiene el porcentaje que el mes pasado pensaba que su expectativa para dentro de un año es estar en mejor posición.
Tampoco hay cambios en la cantidad de personas que considera que las condiciones de trabajo y negocios en Costa Rica se mantendrán igual (41%).
La situación de desconfianza está ligada a los sectores de menor ingreso económico, según los tres segmentos clasificados por Unimer (bajo, medio y alto).
De estos, el bajo y el medio son los que llevan más tiempo argumentando que están en medio de una situación pesimista, mientras que el alto superó los cinco puntos, pero en meses recientes ha tocado la zona de la desconfianza.
Además, el nivel alto es el único que en el último mes reportó un incremento en el indicador, los otros bajaron o se mantuvieron igual.
Para Mauricio Hernández Quirós, miembro del Portfolio Advisory Group de Scotiabank, las explicaciones de ese desánimo prolongado de los consumidores tiene su explicación desde la crisis económica en el 2008 y cuyos efectos se hicieron sentir de manera más clara en el 2010.
Debido a que, desde entonces, la situación económica global no ha dado muestras de recuperación y a otras condiciones locales, como la ralentización de la llegada de inversión extranjera directa de largo plazo al país, terminaron por afectar la oferta local de empleo de calidad. “El consumidor teme por su empleo futuro y, por ende, en su capacidad para generar ingresos adecuados”, agregó Hernández.
Según el ICC, un 57% de los hogares cree que Costa Rica enfrenta peores condiciones para el trabajo y el negocio. Este porcentaje registró un aumento significativo en marzo, pues en febrero era un 54%.
Sin embargo el porcentaje no es igual de alto que a los alcanzados en el 2012, cuando el más elevado fue de 60% en setiembre.
El economista Hermann Hess considera que la tasas de interés es una de las variables más importantes en lo que respecta a la generación de expectativas.
Los recientes ajustes a la baja de este indicador son los que podrían explicar el leve aumento del ICC en marzo y de algunas expectativas, por ejemplo, de quienes indicaron que es un buen momento para comprar casa, que pasaron de 16% a 24%.
Amenazas
Si este año se repite la tendencia del 2012, quiere decir que el ICC podría llegar a niveles inferiores.
Por el momento, se carece de señales que sugieran una mayor comodidad para los consumidores. Por ejemplo, aumentó la cantidad que dice que su salario crecerá menos que la inflación.
Hernández apuntó que precisamente si la inflación se mantiene relativamente alta se afectará la confianza.
Un nivel alto en los precios locales se establecería si el Índice de Precios al Consumidor (IPC) sigue por encima de la meta superior fijada por el Banco Central de Costa Rica, que es del 6%.
Una reversión en la tendencia de las tasas de interés también agregaría incertidumbre a los tomadores de decisión y el deterioro en las condiciones del empleo también terminaría por llenar de dudas a los consumidores, con lo que pospondrían decisiones de consumo, agregó Hernández.
El descenso en las tasas debería servir como estímulo para el consumo, pero el aumento en la inflación puede hacer temporal esa disminución y, ante esa posibilidad, las personas prefieren mantener la cautela.