El Banco Central de Costa Rica (BCCR) y el Poder Ejecutivo desistieron de llevar adelante la idea de crear un mercado de negociación directa de bonos de deuda como una manera de dinamizar la actividad financiera.
Cedieron a la negativa manifestada por la Bolsa Nacional de Valores (BNV), los intermediarios bursátiles y otros.
El pasado 23 de abril, el jerarca del BCCR, Rodrigo Bolaños, y el segundo vicepresidente, Luis Liberman, presentaron el proyecto para modificar y modernizar la Ley Reguladora del Mercado de Valores .
La propuesta descartó la posibilidad de crear lo que inicialmente se llamó como el mercado de negociación directa con registro de operaciones para los títulos de deuda.
El borrador inicial incluyó la posibilidad de que ese mercado lo organizara y administrara cualquier empresa que garantizara las condiciones mínimas de operación.
En este podrían participar, en el papel de compradores y vendedores, entidades como el BCCR, el Ministerio de Hacienda, los bancos, empresas financieras no bancarias, las operadoras de fondos de pensión, los puestos de bolsa, los administradores de fondos de inversión, las aseguradoras y las cooperativas de ahorro y crédito que estén sujetas a la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
La iniciativa pretendía emular los mercados internacionales de negociación de deuda, pero con algunas diferencias, pues tendría un registro de todas las transacciones y los precios de las transacciones serían públicos.
Cambio al mercado
Los cambios propuestos serían significativos.
Uno de los primeros hubiera afectado a la BNV, pues sacaría las negociaciones de títulos de sus sistemas, tal y como se hace actualmente.
El mayor volumen de negociaciones actuales de la BNV corresponde a operaciones con títulos de deuda y recompras.
El otro eventual cambio hubiera sido para los intermediarios bursátiles, pues solo por medio de estos un inversionista puede llegar al mercado secundario de bonos.
La recomendación de hacer una plaza de negociación directa venía del diagnóstico que hicieron especialistas del Banco Mundial. Pero la negativa de hacer un mercado directo provino del propio sector bursátil.
Por su parte, el Ejecutivo y el Central se limitaron a señalar que fue dentro de las discusiones del Consejo Nacional para el Desarrollo del Mercado de Valores donde la mayoría de miembros consideraron que la creación de un mercado de negociación directa podría provocar una segmentación de mercados y con ello afectar la formación de precios.
“La Segunda Vicepresidencia de la República (...) recomienda a los señores diputados llevar adelante una discusión a profundidad sobre la conveniencia de crear y regular dichos mercados en aras de desbursatilizar la renta fija y desmonopolizar los mercados de negociación de valores”, dice el proyecto de ley en la exposición de motivos.
El Consejo Nacional para el Desarrollo del Mercado de Valores era el encargado de desarrollar el proyecto de ley y estaba integrado por representantes diferentes sectores, entre estos inversionistas institucionales y los puestos de bolsa.
Por su parte, Bolaños dijo que existió una resistencia muy fuerte de diversos grupos, entre los que enlistó a la BNV, la Asociación de Corredores de Bolsa, la Cámara de Emisores, la Cámara de intermediarios bursátiles y la Tesorería Nacional del Ministerio de Hacienda.
El jerarca detalló que estos grupos argumentaron que un mercado directo fragmentaría, perjudicaría la liquidez y la transparencia en la formación de precios de los valores.
Quienes se opusieron a la idea indicaron que la concentración del mercado permite que la bolsa funcione como un centro de información que afecta positivamente los precios, agregó Bolaños.
Oposición
El gerente general de la BNV, José Rafael Brenes, confirmó que en la posición enviada al Consejo sobre el proyecto de ley, se señaló que la segmentación del mercado podría resultar en un perjuicio para cualquier participante.
Según Brenes, las negociaciones directas, con las condiciones actuales del mercado, carecerían de una efectiva revelación o descubrimiento de precios y generación de información.
“La existencia de varios mercados le resta transparencia a la formación de precios, por ejemplo, dificulta o imposibilita la mejor ejecución y en el peor de los casos, facilita la manipulación de precios”, agregó Brenes.
El vicepresidente Liberman no detalló la fecha de envío del proyecto al Congreso.
Por su parte, el presidente designado del BCCR para la nueva administración, Olivier Castro, dijo que primero analizará el proyecto y luego tomará una decisión respecto a su futuro.
Reconoció que un cambio profundo al mercado implicará varios años, pues además de la nueva regulación, los participantes tienen que pasar por un proceso para aprender a utilizarla.
En proyecto
Propuestas del nuevo proyecto de ley para el mercado de valores.
Jurisdicción reconocida: Se establecería para los países que tengan una regulación y protección al inversionista semejante o mejor que la costarricense. Incluye el reconocimiento de valores emitidos en esas jurisdicciones.
Acceso a mercados: Se pretende que los puestos de bolsa faciliten a sus clientes accesos directos al mercado secundario con el fin de que estos coloquen sus órdenes de inversión en forma directa bajo el cumplimiento previo de requisitos.
Mercado secundario: Se propone eliminar el acceso exclusivo de los puestos de bolsa al mercado secundario y se permitiría a los denominados inversionistas institucionales hacer operaciones de compra y venta de sus valores.
Diferenciación de emisores: Las autoridades podrían solicitar menores requisitos de información a algunos emisores como empresas en etapa inicial, el tamaño del emisor o la complijidad de sus valores.
Fuente Proyecto de ley, BCCR.