El déficit de las cuentas públicas francesas sigue aumentando, pese a las reformas emprendidas, debido a una caída estrepitosa de los ingresos y al nuevo programa de inversiones para estimular la economía.
Según datos difundidos este martes, el déficit comercial se elevó a 5.500 millones de euros en julio.
En lo que va de año, el agujero acumulado ronda los 34.800 millones de euros, ligeramente inferior al del mismo periodo del año pasado (35.900 millones de euros).
El último excedente mensual de Francia remonta a mayo de 2004 y fue de 176 millones de euros. Desde 2002, la segunda economía de la zona euro no conoce un año con superávit comercial.
El gobierno prevé oficialmente que este año el déficit comercial rondará los 53.000 millones de euros, 7.000 millones de euros menos que en 2013.
Los pobres resultados económicos y la caída de la inflación están imposibilitando la consecución de los objetivos de reducción de los déficits públicos.
El ministerio de Finanzas de Francia, Michel Sapin, anunció este martes que el déficit del Estado, un componente del déficit público junto con el saldo de la seguridad social y las administraciones territoriales, también aumentó debido al efecto del dispositivo de apoyo a las empresas, el llamado Crédito Fiscal para la Competitividad y el Empleo (CICE).
El déficit del Estado era a finales de julio de 84.100 millones de euros, frente a los 80.800 millones que había un año antes.
En el ministerio de Finanzas explican que las cuentas se han visto lastradas en particular por el nuevo programa de inversiones del futuro, de 12.000 millones de euros, de los que 4.600 millones fueron desembolsados a finales de julio.
Los ingresos también están en caída libre (170.100 millones de euros a finales de julio, 6.300 millones de euros menos en un año).
Esto se debe fundamentalmente al CICE, que incide en el impuesto de sociedades: su rendimiento neto presentaba una contracción de 41,8% en un año, a 13.600 millones de euros.
En cambio, el impuesto de la renta ha proporcionado 44.600 millones de euros a finales de julio, un 9,6% más y el impuesto al valor agregado 81.000 millones entre enero y finales de julio, un 3,4% más que en el mismo periodo de 2013.
Los datos ilustran la elección del Gobierno hasta ahora: aligerar a las empresas para tratar de relanzar la actividad, mientras se contiene el gasto público después de haber aumentado los impuestos a los particulares para tratar de reducir los déficits.