Los rendimientos de los bonos emitidos por el Banco Central de Costa Rica y el Ministerio de Hacienda tuvieron poco movimiento esta semana, con ajustes mínimos a la baja.
Además, la Tasa Básica Pasiva (TBP) se mantuvo en 6,55%, con lo que el mercado reporta una estabilidad en el corto plazo.
Según los datos de la Bolsa Nacional de Valores (BNV), los títulos de Hacienda en dólares negociados más de un día entre el 16 y el 20 de setiembre mostraron una reducción mínima en sus rendimientos nominales. Uno de los títulos insignia, el G$261125 con vencimiento en el 2025, comenzó la semana con un interés promedio de 5,55% y terminó en 5,543%.
Otro instrumento de más corto plazo, el bono en dólares al 2018, pasó de 4,58% a 4,46%, pero se negoció durante dos días.
Mientras tanto, con los instrumentos en colones más negociados hubo una relativa estabilidad. Por ejemplo, el instrumento a tasa fija con vencimiento al 2015 la variación fue de 6,51% a 6,49% del inicio al final de la semana.
Los bonos de largo plazo carecieron de movimiento o transacciones frecuentes en el mercado secundario. Lo mismo sucedió con los papeles emitidos por el Banco Central, de los cuales uno con vencimiento al 2015 registró un rendimiento nominal de 6,52% y terminó en 6,48%.
El mercado pasa por un momento en que las tasas de interés están cerca de llegar a su punto mínimo. Por un lado, algunas están muy cerca del nivel anualizado de la inflación por lo que la tasa real está cerca a ser negativa.
Otra de las razones que apuntan a que los rendimientos están es su punto más bajo es la necesidad de financiamiento del Gobierno y que los ingresos de Hacienda, incluyendo la entrada de $1.000 millones de los eurobonos, sean insuficientes para cubrir todo el gasto público.
Se disipa el temor
La posibilidad de que los rendimientos empezaran a subir por presiones externas disminuyó a partir del pasado 18 de setiembre, cuando, para sorpresa de algunos, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) mantuvo intacta su política monetaria expansiva, a pesar de que se había pronosticado un ajuste.
El temor de la reducción del plan de estímulo de la Fed ocasionó que los rendimientos de bonos del Tesoro subieran en las últimas semanas. El miedo desatado fue por la posibilidad de que el principal comprador de bonos saliera del mercado y, por lo tanto, la demanda cayera y el precio de los instrumentos se fuera al suelo.
Al mantenerse el plan de estímulo de la Fed, los temores se disiparon por el momento.
Sin embargo, las condiciones económicas de Estados Unidos y una eventual recuperación hacen que simplemente la decisión de la Fed sea un aplazamiento. Es decir, el algún momento el plan de estímulo va a terminar y las tasas reaccionarán.