Ningún indicio en el panorama local o internacional hace prever que en el segundo semestre de 2013 el motor de la economía revolucionará con mayor velocidad.
La actividad económica arrastra una tendencia a la desaceleración desde principios del 2012 cuando el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) crecía a ritmos interanuales del 7%. Ahora el paso se ha reducido a un aumento de 1,68% en mayo.
Incluso, la variación es negativa para los primeros cinco meses del año, periodo en el cual el IMAE se ha contraído un 0,2%.
El golpe más duro lo encajaron el sector agrícola y la industria manufacturera. A nivel interanual, ambos se han contraído.
“La desaceleración durante el primer semestre es más fuerte de lo que se esperaba. Algunos factores hacen que la economía se desacelere, entre ellas, los aumentos en la inflación”, estimó Luis Mesalles, economista de la Academia de Centroamérica.
Precios bajo control
En este frente de acción, las expectativas son más halagüeñas que en cuanto a la producción.
Durante el primer trimestre, el aumento en varias tarifas de precios regulados por el Estado impulsó el ritmo de crecimiento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) por encima del rango meta del Banco Central (BCCR).
Sin embargo, el efecto se ha diluido y el crecimiento de la inflación luce controlado. La expectativa promedio de inflación para los próximos 12 meses de los economistas encuestados por el BCCR en junio fue de 6%.
“No parecen existir presiones importantes de demanda o monetarias que hagan esperar un repunte importante de los precios domésticos”, previó Jorge Madrigal, economista y exdirector de la División Económica del BCCR.
El comportamiento del IPC es una buena noticia, pero no alcanza para estimular a los empresarios locales, más preocupados por la restricción al crecimiento del crédito y el futuro de las economías estadounidense y europea.
“En el sector de tecnología, la desaceleración económica y el tipo de cambio inciden más que la inflación, pero parece que las autoridades solo ven meta de inflación. Debemos tratar de impulsar a las empresas; restringir el crédito no ayuda”, dijo Ronald Jiménez, presidente de Codisa.
Demanda externa
Para los representantes empresariales, el levantamiento del tope crediticio es condición imprescindible para un mayor dinamismo de la actividad económica.
“El Gobierno y el Banco Central no han comprendido que restringir el crédito, además de lo obvio (no hay más créditos), causa una percepción en el costarricense de que no debe gastar”, aseveró Gustavo Araya, presidente del hotel Wyndham Herradura.
El dinamismo debería ser mayor durante los segundos seis meses del año debido al comportamiento cíclico de la economía.
La cercanía de diciembre, las vacaciones escolares y el aguinaldo suelen inyectarle entusiasmo a la producción y engrosar la demanda interna.
Sin embargo, esta demanda, no basta para, por sí sola, asegurar un crecimiento importante.
“Las posibilidades de estímulo monetario o fiscal son escasas. Las tasas de interés están bajas y las finanzas públicas no han mejorado”, expuso Madrigal.
El dinero de los eurobonos ha permitido al Ministerio de Hacienda reducir su presión sobre la oferta de dinero en el mercado local, pero el déficit fiscal sigue creciendo mes a mes.
La ausencia de una solución para sanear las finanzas públicas se une al estallido de la campaña presidencial para potenciar la incertidumbre entre el sector productivo.
“La incertidumbre equivale a un costo adicional de operación, de manera que la inversión automáticamente se reduce”, comentó Pablo Vargas, gerente general de Café Britt.
La incertidumbre no se limita a los acontecimientos en Costa Rica. La economía de Estados Unidos da señales de recuperación pero no lo suficientemente fuertes para disolver las dudas.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo la semana pasada su previsión de crecimiento para la economía mundial de un 3,3% a un 3,1%.
La tijera también actuará dentro de poco en las proyecciones de crecimiento de la producción local, que se apresta a largar su insatisfactorio desempeño en el segundo semestre.