Argentina cayó en el mayor default de su historia en 2001, en medio de una grave crisis económica y social.
La siguiente es una reseña de los hechos, cuando los acreedores esperan recibir el miércoles el pago de los intereses de los bonos reestructurados luego de la crisis de 2001. Sin embargo, la decisión de un juez estadounidense bloquea esos pagos ya enviados por Argentina a un banco en Nueva York, lo que podría provocar una nueva moratoria de la tercera economía de América Latina, no declarada en este caso por el país.
En 1999, la onda expansiva de la crisis financiera mundial iniciada en 1997 afecta a Argentina, que entra en recesión.
Para responder a las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI), el gobierno adopta una serie de planes de austeridad y las alzas de impuestos se multiplican. Reiteradas huelgas generales sacuden al país.
A comienzos de 2001, para detener la corrida bancaria e impedir la quiebra de los bancos, el ministro de Economía Domingo Cavallo, padre de la paridad peso-dólar instaurada en 1991, ordena el congelamiento de los depósitos: cerca de $70.000 millones.
En un gesto desesperado luego del retiro de $22.000 millones en menos de tres meses por parte de ahorristas, Cavallo decide que durante 90 días los retiros diarios no podrán superar los $250 en la época.
Este "corralito" desencadena violentas protestas reprimidas con un saldo de 33 muertos. Los supermercados son saqueados y la población expresa su cólera en los barrios también por medio de los "cacerolazos".
El 19 de diciembre, ante la agitación social, el presidente Fernando De la Rua decreta el estado de sitio. Al día siguiente, asediado por miles de manifestantes que rodeaban la Casa Rosada, firma su renuncia y abandona la sede de gobierno en helicóptero.
El 23, el presidente interino Adolfo Rodriguez Saa declara la mayor moratoria de la historia: $100.000 millones incluyendo intereses, renunciando al cargo una semana después.
El también peronista Eduardo Duhalde, quinto presidente en casi dos semanas, decide devaluar el peso (que llegó a perder 70%), poniendo fin a la paridad.
En los años que siguen a esta grave crisis, Argentina reanuda penosamente el crecimiento. Los haberes de los ahorristas se reducen como la nieve al sol, con un peso que pasa de la paridad con el dólar a valer un tercio de la moneda estadounidense.
Los acreedores de la deuda argentina reciben varias propuestas, alcanzando finalmente un acuerdo en 2005 que prevé una reducción de cerca de dos tercios del monto adeudado.
En abril de 2010, se realiza una nueva propuesta a los acreedores que habían rechazado el acuerdo de 2005, cerca de 25% del total.
Los fondos especulativos -llamados "buitres" por el gobierno argentino porque compraron deuda ya en default- rechazaron las ofertas de Buenos Aires para reestructurar la deuda de 2001 y exigieron el pago íntegro de los $1.330 millones que se les adeuda. Obtuvieron un fallo favorable en una corte de Nueva York en 2012, que fue refrendado por un tribunal de apelaciones. La Corte Suprema de EEUU rechazó el pedido de Argentina de ver en el caso.