Si el financiamiento del déficit fiscal se mantiene el próximo año tal y como se ha manejado en los últimos meses, entonces el Gobierno deberá recurrir a más endeudamiento externo en algún momento del 2016.
Además, tendrá que acudir a la búsqueda de recursos en el exterior si tampoco quiere estrujar el mercado local, lo que a su vez ocasionaría un incremento en las tasas de interés en el país.
Al considerar el monto acumulado del financiamiento del déficit entre octubre del 2014 y setiembre del 2015, el Ministerio de Hacienda había recurrido a ¢1,68 billones de endeudamiento. De ese monto, el 36% corresponde a deuda externa e incluye la emisión de bonos soberanos internacionales.
Para los 12 meses anteriores, el financiamiento total fue de ¢1,4 billones, de los cuales un 32% provino del exterior.
Las cifras anteriores demuestran un aumento del endeudamiento del 14% entre ambos periodos.
En los años anteriores, el Gobierno contó con los recursos provenientes de la colocación de bonos en el exterior (eurobonos) y con esto evitó presionar el mercado local de bonos y las tasas.
Para llenar ese faltante, una de las intenciones confirmadas por la administración Solís Rivera es venderle bonos de deuda interna a China por $1.000 millones. Lo anterior ya fue confirmado mediante el envío de un documento a las autoridades de ese país, según informó el diario La Nación .
El dinero del exterior es necesario debido a que el Gobierno aún no cuenta con un aumento en los ingresos proveniente de las reformas tributarias enviadas al Congreso ni tampoco ha ejecutado un recorte en los gastos de tal magnitud de que le haga innecesario el financiamiento.
En caso de que el Gobierno sea incapaz de conseguir dinero en otros países deberá recurrir al mercado local con la posibilidad de que una mayor colocación de bonos local presione la competencia con dinero y haga aumentar las tasas de interés.
Para el economista y exministro de Hacienda Thelmo Vargas, ninguna de las opciones de endeudamiento es válida en este momento debido a que el porcentaje total de endeudamiento público ya es del 60% del PIB.
Según él, para la economía costarricense, lo ideal o recomendable es que el total de deuda pública esté entre el 40% y 50%.
Proyección
Si al financiamiento se le aplicara la misma tasa de crecimiento obtenida hasta setiembre pasado (14%), este aumentaría a ¢1,9 billones y si la parte externa creciera a la misma tasa, entonces el Gobierno tendría que salir a buscar cerca de $1.300 millones al tipo de cambio actual.
El economista Melvin Garita, quien respalda esta proyección, considera que es una duda razonable pensar en que el país carece de la capacidad necesaria para generar ese financiamiento a lo interno y que, de hacerse, implicaría un estrujamiento importante para las familias y las empresas.
“No es exagerado pensar que el mercado interno podría no ser suficiente para generar el financiamiento necesario para cerrar la brecha de ingresos y gastos del Gobierno”, agregó.
El exministro de Hacienda Édgar Ayales explicó que no es necesario hacer proyecciones con base en el porcentaje de crecimiento, pues existen proyecciones confiables que sitúan el déficit financiero entre el 6,5% y el 7,9% del Producto Interno bruto (PIB).
Ayales también reconoció que es difícil que la economía local absorba un monto creciente de deuda y deje intactas las tasas de interés locales.
Por su parte, el economista y diputado Ottón Solís afirmó que está claro que si el Costa Rica no acude al endeudamiento externo, deberá mirar hacia el mercado local, pues es evidente el hueco que hay en las finanzas públicas.
Una de las opciones internas, dijo Solís, pueden ser una mayor emisión de bonos, los cuales presionarían las tasas.
El otro camino es emitir bonos del tesoro, es decir, instrumentos de Hacienda, pero destinados a que los compre el Banco Central. Esto implicaría aumentar la emisión y el dinero en circulación y la consecuencia sería un aumento de la inflación.
Para el diputado, las decisiones serían una mala señal para la imagen del país en el exterior.
Hasta el momento, el endeudamiento externo no solo ha servido para llenar el faltante en el déficit fiscal, sino que también ha evitado agregar presión al mercado de colocaciones de bonos de Hacienda.
Al lograr esto, el Gobierno puede emitir esta deuda a tasas de interés más bajas y, por lo tanto, impide que en el futuro se cargue de intereses por pagar.
Además, la entrada de los dólares provenientes de los eurobonos ha permitido bajar la deuda local mediante cancelaciones de compromisos que tenían un costo más oneroso.
El endeudamiento externo del Gobierno de los últimos 12 meses terminados en setiembre equivale al 92% de los créditos colocados al sector privado en dólares. Además, el saldo de todos los préstamos representa el 67% de lo que capta el Gobierno.