En los últimos dos años, los intereses de la deuda externa e interna adquirieron una mayor participación dentro del pastel de gastos totales del Gobierno Central.
Eso significa que, en términos relativos, el Ejecutivo destina más dinero a pagar préstamos que a otros rubros como transferencias o salarios.
El crecimiento de la deuda genera este fenómeno, dado que las tasas de interés no subieron de forma sustancial el año pasado.
Los gastos totales suman ¢5.325.773 millones, que se componen en un 91% por los gastos corrientes (¢4.861.105 millones) y 9% por el gasto de capital.
Al desagregar los egresos corrientes, los que más pesan en su composición siguen siendo salarios y cargas sociales, y transferencias.
Empero, los intereses toman fuerza. En el 2014, capturaron el 14,3%, 2,4 puntos porcentuales más que en el 2012 (12%).
Para contrarrestar este aumento, la composición del gasto percibió una variación en el resto de rubros en esos dos años.
Las remuneraciones y transferencias disminuyeron su participación en 2,3 puntos en conjunto. Mientras, los bienes y servicios aumentaron 0,1.
Según Rudolf Lucke, economista e investigador de la Universidad de Costa Rica (UCR), al Gobierno le es difícil recortar la participación de los intereses, por lo que disminuye otros rubros, como es el caso de las transferencias, y ahí, por ejemplo, se pueden cerrar programas sociales.
Lo que puede hacer el Gobierno, en el corto plazo, es otorgar aumentos al salario base que sean iguales o menores a la inflación, además de ser más selectivos en los incentivos para que no crezcan a los niveles actuales, aseguró el economista Luis Mesalles.
Entre tanto, el año pasado, el Gobierno contuvo el crecimiento del gasto, pero no llegó a ser suficiente para disminuir el déficit financiero, que cerró en 5,6% del PIB, incluso así, menor al que se proyectó.
El gasto total creció un 9,3%, mientras que en el periodo anterior el repunte había sido de 14%.
Por su lado, los gastos corrientes repuntaron un 8,7% versus un 13,4% de un año atrás.
La mayoría de rubros que componen el gasto redujeron el ritmo de crecimiento en el 2014, pero hay excepciones.
La primera son precisamente los intereses de la deuda externa (¢95.983 millones), que subieron 53,6% en el 2014, por encima del 33% del 2013.
Otro caso es el de los bienes y servicios que crecieron un 13,8% el año anterior, para un total de ¢179.745 millones (108% en el 2013).
La deuda como principal causa
Una deuda al alza genera un mayor peso de los intereses en los gastos del Gobierno Central, tendencia que prevalecerá cuanto mayor sea el endeudamiento.
Al cierre de diciembre, la deuda total alcanzaba $19.355 millones; los compromisos internos son los más abultados, pues representan el 77% del total.
La deuda del país creció un 8,8% respecto a diciembre del 2013.
Según los economistas, las tasas de interés no son las generadoras de este efecto, debido a que no han incrementado de manera significativa. La Tasa Básica Pasiva comenzó el año pasado en 6,50% y llegó a un punto máximo de 7,25%.
Sobre la tendencia que podrían seguir las tasas a lo largo del 2015, la expectativa es que sí reporten un incremento pero no de gran magnitud, dijo Francisco de Paula Gutiérrez, expresidente del Banco Central.
Además, la presión aumentaría en caso de que la Reserva Federal de Estados Unidos suba sus tipos, lo que se espera para el segundo período del 2015.
Al Gobierno le queda una carta más entre sus manos: la última emisión de eurobonos de $1.000 millones le ayudaría a mejorar sus indicadores, sin embargo podría ser más costosa en esta ocasión.
De acuerdo con Lucke, es probable que la tasa de interés que se cancele sea similar o ligeramente mayor, hecho que pudo haber cambiado si la calificación de riesgo del país fuera mejor.
El último tracto de eurobonos ya no tendrá una nota de riesgo de grado de inversión, debido a que Moody’s rebajó al país a un nivel de grado especulativo, en setiembre pasado.
También, Fitch redujo la perspectiva de estable a negativa.