El tipo de cambio tiende a bajar o, por lo menos, a mantener su nivel a mitad de cada mes y en el periodo que va de noviembre a abril.
Esto ocurre porque para esos momentos se presenta una mayor cantidad de divisas en el mercado. En otras palabras, hay un exceso de oferta que alivia las presiones al alza.
Algunas de las tendencias que en el pasado se han detectado para el valor del dólar aún prevalecen, incluso, a pesar del cambio en el régimen cambiario que se aplicó en febrero del 2015 (de banda a flotación administrada) y de que, en el 2016, ha ocurrido una devaluación cercana al 3%.
En cuestión de meses, en marzo y abril ha habido más abundancia neta en las operaciones de ventanilla (compras menos ventas en operaciones con el público) de los intermediarios cambiarios.
Otra de las estacionalidades se aprecia dentro de cada mes. A partir del sétimo día hábil de negociaciones y hasta el undécimo, el mercado tiene más dólares disponibles para negociar.
En el resto del mes, más bien la tendencia indica un faltante de dólares, de acuerdo con un promedio del neto de operaciones calculado por EF.
Esas presiones terminan por reflejarse en el Mercado de Monedas Extranjeras (Monex) del Banco Central de Costa Rica (BCCR), donde las entidades cambiarias acuden a negociar sus sobrantes o faltantes de divisas.
Las estacionalidades del tipo de cambio han sido estudiadas desde hace años.
Desde el 2006, cuando se implementó el régimen de banda cambiaria, el Central ha elaborado el estudio “Aproximación de patrones estacionales en el mercado cambiario de Costa Rica”.
Este determinó que, para esos años, había un aumento de operaciones en la mitad y al final de cada mes.
Otra de las particularidades es que la oferta en ventanilla mantiene su tendencia de ser mayor a mitad de mes.
Este análisis se actualizó por última vez en agosto del 2014.
Pocos cambios
Roger Madrigal, director de la división económica del BCCR, explicó que, con las observaciones que han hecho hasta el momento del mercado, han podido determinar dos tendencias que se mantienen de años anteriores, aunque con algunos cambios.
El primer comportamiento es que las temporadas de más abundancia de dólares no ha variado: de noviembre a marzo existe mayor disponibilidad de la divisa y una menor de abril a octubre en términos generales.
El segundo consiste en que se mentiene una mayor abundancia de dólares a mitad de mes. No obstante, hubo un cambio reciente; antes también había exceso de divisas a final de mes, pero ahora el volumen se concentra solo al final de la primera quincena.
Madrigal explicó que, con la información disponible, han podido adelantar que no existen cambios dramáticos en el comportamiento general del mercado, pero es recomendable esperar los resultados del nuevo estudio de patrones estacionales.
Gabriel Alpízar, gerente de tesorería del Banco de Costa Rica (BCR), coincidió en que los ciclos del mercado respetan los que se han presentado en años anteriores.
Sin embargo, Juan Carlos Herrera, director del puesto de bolsa Aldesa, afirmó que, en el 2016, sí existe un cambio en las tendencias debido a la devaluación presentada, pues al superar el valor de los ¢540 por dólar, se rompió el ritmo que llevaba la divisa y que era casi idéntica a la del 2015.
Herrera recordó que ha habido cambios en los últimos años que deben considerarse y que, eventualmente, podrían generar algunas reacciones a las estacionalidades.
Uno de esos ajustes es el cambio de régimen . Otro es que el BCCR retiró las operaciones del sector público no bancario del Monex y este año empezó a aplicar un horario más reducido en esa plataforma de negociación.
Para Alpízar, las estacionalidades identificadas hasta el momento no deberían cambiar, pues el mercado es una respuesta a las necesidades de los participantes, donde algunos hacen transacciones para el pago de impuestos o de acuerdo con la temporada turística.
Madrigal explicó que el comportamiento estacional se puede asociar a las actividades que ocasionan los ingresos de divisas al país, por ejemplo, cuando las empresas extranjeras requieren pagar aguinaldos, impuestos o, bien, la temporada alta del turismo y los pagos por las exportaciones agrícolas.
Herrera fue reservado sobre la posibilidad de cambios importantes en las tendencias para los siguientes años debido al modelo exportador y por el fortalecimiento estimado de la inversión extranjera directa.