Durante este año, el mercado local de los bonos en colones de renta fija cayó. La volatilidad del tipo de cambio que se percibió en los primeros meses impulsó una caída en los precios.
Con la devaluación del colón, los inversionistas pasaron sus inversiones de colones a dólares.
De hecho, durante el periodo de fluctuación (primer trimestre), se tranzó cerca de un 31% más de volumen en la moneda estadounidense, en comparación con el promedio anual.
Lo anterior se desprende del índice Lafise20 Colones, indicador desarrollado por la división de banca patrimonial de esa entidad, que toma en cuenta datos del 30 de setiembre a la fecha.
Los resultados reflejan el desempeño de los 20 bonos más líquidos del mercado, considerando tanto los de Gobierno como los corporativos, sean de corto, mediano o largo plazo.
En esta ocasión, los bonos con más liquidez pertenecen al Ministerio de Hacienda y al Banco Central, con vencimientos que van desde el 28 de enero próximo, hasta el 28 de junio del 2028. El cupón de esos 20 instrumentos se inicia en 8,51% y termina en 11,50%.
Estos bonos pueden ingresar o salir del índice de acuerdo con su liquidez. En el caso de los bonos en colones, esa salida o entrada es más dinámica, en comparación con los dólares.
Este es el segundo índice que realiza Lafise para analizar el comportamiento de los bonos más líquidos. El primero Lafise20 Dólares, que analiza los títulos en esa moneda, arrojó, al 30 de setiembre anterior, un incremento del precio de esos bonos, debido a una mayor demanda, según publicó EF el 27 de octubre (edición 995).
¿Qué mostró el índice?
Según el índice en colones, el precio de estos bonos inició el año en 983,96 puntos, pero, en medio de la devaluación del colón, se ubicó cerca de los 950 puntos.
En ese momento, el premio por invertir en colones no era tan amplio como para asumir un riesgo cambiario, por lo que el temor y el traslado de una moneda a otra sí tenía justificación.
El premio en tasas a un plazo de un año, se ubicó en una cifra negativa de 13 puntos a mediados de marzo, mientras que en enero era de 156 puntos.
Posteriormente, el tipo de cambio alcanzó cierto grado de estabilidad, gracias a las medidas aplicadas por el Banco Central, entre ellas: la decisión de eliminar la participación del Sector Público No Bancario en el Monex, y la estrategia de intervención en casos de fluctuaciones violentas.
Lo anterior estabilizó el comportamiento del precio del dólar, dejándolo prácticamente fijo entre ¢530 y ¢545.
Entonces, el temor de las fluctuaciones disminuyó notablemente en el corto plazo, explicó Mauricio Hernández, gerente Portfolio Advisory Group Scotiabank.
En tanto, aun después de que el tipo de cambio alcanzó cierto grado de estabilidad, el precio de los títulos en colones continuó a la baja. La semana pasada rondaba los 939 puntos y se percibía una caída respecto del mes anterior.
“La masa monetaria en el país se divide entre el 58% en colones y el 42% en dólares, de la totalidad. La fuerte apreciación del colón les generó temor, pero en estos momentos, no se apuesta por una apreciación, sino que se siga devaluando el colón”, afirma Norman García, analista del Grupo Financiero Acobo.
Además, la caída en los precios de los bonos de largo plazo con tasa fija afectan los resultados del índice, debido a que generan un mayor riesgo de pérdida de valor ante un posible ajuste en las tasas de interés.
Según Carolina Martínez, gerente de Banca Patrimonial de Lafise, esto se explica por el déficit fiscal del Gobierno, pues es de esperar que Hacienda requiera financiarse por medio de las subastas en el mercado local y esto presione aún más las tasas.
Sin embargo, ante la expectativa del aumento en los intereses, se ha generado un mayor apetito por los títulos de mediando o corto plazo, o bien por aquellos ligados a tasas variables.
Esta tendencia se percibe desde setiembre del año pasado.
Lo cierto es que, por ahora, se ve un aumento en los rendimientos, pero insuficiente como para impulsar un cambio en la preferencia del público hacia el largo plazo.
Hernández explicó que los clientes se refugiaron en el corto plazo, y a partir de ese comportamiento, es que la curva de rendimientos en colones presenta un empinamiento atractivo hacia el mediano plazo.
Así, aunque el precio cae, el rendimiento en colones es positivo. Lo anterior debido a que el valor del mercado de un bono es inverso al rendimiento.
La expectativa para el primer semestre del próximo año es de un tipo de cambio más estable, escenario que podría verse apoyado por un posible incremento en tasas de interés en dólares y la colocación de deuda internacional.
Según García, los inversionistas seguirán con sus inversiones en la moneda local, en caso de que las tasas en colones no aumenten. Por otro lado, no se espera que aquellos que tomaron la decisión de cambiarse a la moneda estadounidense, se trasladen a la moneda local.