Nueva York y Shangai. Las nuevas señales de desaceleración económica en China y las renovadas tensiones en Oriente Medio derrumbaron este lunes 4 de enero los mercados bursátiles mundiales, tanto que Wall Street estuvo a punto de tener su peor comienzo del año en 84 años.
El Dow Jones de Industriales, el principal indicador del mercado de Nueva York, cayó hoy un 1,58% en la primera sesión del año, después de haber cerrado 2015 con unos resultados decepcionantes.
Un último rebote media hora antes del cierre impidió un desplome mayor y evitó que el indicador quedara por debajo de la barrera psicológica de los 17.000 puntos, que llegó a perder durante la jornada por una sesión que comenzó con mal pie.
Los otros indicadores más importantes, el selectivo S&P 500 y el índice compuesto del mercado Nasdaq, en el que cotizan las principales firmas tecnológicas, cayeron, respectivamente, un 1,53% y un 2,08%.
El S&P 500, gracias también al rebote de última hora, pudo quedar por encima de los 2.000 puntos, mientras que el índice compuesto del Nasdaq, que perdió más de 100 puntos, terminó por debajo de los 5.000 enteros.
De no ser por el empujón de última hora, Wall Street habría cerrado con el peor comienzo de año desde 1932, para un ejercicio que, según los analistas, puede dejar muchas sorpresas, principalmente por incertidumbres internacionales que se intensificaron desde el cierre del ejercicio de 2015.
"Son temores generando más temores", dijo a la cadena CNBC el responsable de la gerencia de fondos de la firma Wells Fargo, John Manley.
Esos temores surgieron el fin de semana por las tensiones entre Irán y Arabia Saudí a raíz de la ejecución de un clérigo chií en Riad que había sido condenado a muerte por incitar protestas sociales en Arabia Saudí.
Los dos países son claves para resolver conflictos armados en la región, como el de Siria y Yemen, por lo que una rivalidad entre esas naciones, las de mayor peso en la región pero enfrentadas históricamente, genera temores en Wall Street.
Al igual que los mercados bursátiles asiáticos y europeos, Nueva York quedó impactado también por nuevos datos que dieron cuenta de un descenso en diciembre en la producción manufacturera china, el décimo retroceso en diez meses consecutivos.
La bolsa de Shanghái cayó un 6,86%, la de Hong Kong un 2,68% y la de Tokio un 3,06%, con un impacto que, según avanzaba la jornada, dejó sentirse con fuerza en Europa.
El principal indicador de la Bolsa de Londres perdió un 2,39%, el de París un 2,47% y el de Fráncfort un 4,28%. El de Madrid, que vive fechas claves en el proceso político postelectoral, cayó también, un 2,42%.
En el caso de Wall Street, las transacciones se desarrollaron con una gran volatilidad, al volver al parqué los operadores tras el largo fin de semana que se prolongó desde el viernes por el festivo de fin de año.
Se habían ido a casa el jueves cerrando un año que, en el caso del Dow Jones, tuvo su primer retroceso negativo desde la crisis de 2008, en un ejercicio afectado por la desaceleración económica china y la caída de los precios del petróleo.
Aunque diciembre suele ser un mes de subidas en Wall Street, el último no lo fue, por lo que, al comenzar el nuevo año, el mercado pareció contagiarse del ambiente que se heredó del ejercicio anual anterior.
Los analistas creen que durante este año seguirán las pérdidas, a no ser que haya drásticos cambios en la economía china y en los precios del crudo, aunque a corto plazo pueda haber un rebote técnico.
"El mayor error sería decir: 'Dios mío, esto es pánico'", afirmó el analista financiero de la firma TD Ameritrade JJ Kinahan al destacar las enormes oportunidades que surgen tras las caídas de hoy y de las últimas semanas.
En China, las bolsas cerraron este lunes, por primera vez en su historia, hora y media antes de lo habitual debido a la caída de un 7% en un indicador conjunto, justo en el día de estreno de unas normas que buscan evitar la desestabilización de los mercados.
El nuevo mecanismo establece que si el índice CSI 300, que incluye a tres centenares de empresas cotizadas en los dos parqués chinos, pierde un 5% durante el día, se suspende automáticamente la cotización en las dos bolsas (Shanghái y Shenzhen) durante 15 minutos, lo que se dio hoy al empezar la sesión vespertina.
Y, si tras la reanudación la caída se prolonga hasta un 7%, los dos mercados cierran automáticamente hasta el día siguiente. Así, Shanghái cerró tras apenas 28 minutos de sesión de tarde, con pérdidas de un 6,85%, mientras que Shenzhen se hundió en ese tiempo un 8,16%.
Las nuevas medidas que paralizaron las bolsas chinas entraron en vigor el 1 de enero, por lo que se aplicaron por primera vez hoy, primera jornada bursátil del año, tras ser aprobadas por la Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China (CRMV) para evitar desplomes como los de hace algunos meses.
Empero, las fuertes caídas registradas hoy están relacionadas con los hundimientos de julio y agosto pasados y no con la puesta en marcha de los nuevos mecanismos de freno, explicó el analista Chen Jiahe, director y jefe de estrategia del departamento de investigación de la corredora Cinda.
Según Chen, las caídas de hoy tuvieron tres fases, y en la primera, durante la mañana, las bolsas se depreciaron entre un 3% y un 4%, por una combinación de motivos ajenos al cambio normativo.
Una de las razones fue el sobreprecio que tienen las firmas más pequeñas, pero también porque el 8 de julio pasado la CRMV trató de frenar los desplomes de aquel momento obligando a los grandes accionistas (con más de un 5 % de las acciones de una compañía) a no vender sus títulos.
En concreto, se les prohibió vender títulos en los siguientes seis meses, plazo que se cumple este viernes 8 de enero, por lo que desde el lunes, día 11, podrán empezar a deshacerse de sus inversiones, explicó Chen.
Los inversores se anticiparon a esa venta que se prevé masiva y por eso vendieron hoy.
Lo que hizo estallar la crisis de julio y agosto pasados, recordó Chen, fue que el mercado estaba muy apalancado (con gran endeudamiento de inversores y corredoras) tras meses y meses al alza, y cuando hubo un descenso, la burbuja pinchó y se encadenaron caídas durante semanas.