Este año, el mercado local de los bonos en dólares está en aumento. Subieron sus transacciones, los precios relativos de los instrumentos y el retorno total que perciben los inversionistas.
Una mayor actividad en el mercado, es decir, más negocios de compra y venta, elevaron el volumen negociado y, de paso, los precios relativos de estos instrumentos de renta fija.
La subida en los precios es producto del incremento en la demanda. Ese apetito adicional de los inversionistas por bonos en moneda extranjera se debe a un exceso de liquidez en el mercado local y también por la influencia de lo que sucede fuera del país.
La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos anunció en mayo pasado que retardaría el ajuste de las tasas de interés de referencia. Esa noticia generó volatilidad en los mercados y algunos inversionistas vieron oportunidades de negociaciones y terminaron por presionar los precios al alza.
El valor de mercado de un bono se comporta inversamente al rendimiento que ofrece. Mientras más sube su precio, la ganancia que otorga a quien lo compra es menor.
Estos efectos se reflejaron en el índice Lafise 20, nuevo indicador creado por la división de banca patrimonial de ese banco y que agrupa a los 20 bonos denominados en dólares con más liquidez en el mercado nacional. Se consideran instrumentos corporativos y del Ministerio de Hacienda.
El índice indica que, de enero a la fecha, existe un aumento del 5,42% en el movimiento del mercado de renta fija en moneda extranjera.
Ese dinamismo se debe precisamente a cambios al alza en los precios y volúmenes de negociación más altos que han tenido como consecuencia final una disminución en la curva de rendimientos en dólares.Según Fernán Campos, analista de mercados de banca patrimonial de Lafise, el incremento en el índice y el desplazamiento a la baja de los rendimientos proviene de la volatilidad en el mercado extranjero ante el esperado aumento en las tasas de referencia para el próximo año.
A partir de mayo pasado, los precios de los activos empezaron a reportar un mayor movimiento.
Norman García, analista financiero del Grupo Acobo, explicó que, entre mayo y junio, los rendimientos se movieron hacia abajo unos 80 puntos base.
Agregó que, a nivel local, los precios de los títulos tuvieron cierta estabilidad, pero que luego de que la agencia calificadora internacional Moody’s rebajara la calificación soberana de Costa Rica se volvió a presentar movimiento al alza.
Mientras esto sucedía, los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense bajaron. Esta condición amplió el margen ( spread ) de tasas con respecto a los que se negocian en Costa Rica y, por lo tanto, la reacción del mercado se reflejó en un aumento de precios.
Mauricio Hernández, gerente del Portfolio Advisory Group Scotiabank, recordó que, durante el 2013, en Estados Unidos los bonos de referencia (10 años) subieron de 1,6% a 3%, pero la incertidumbre y la volatilidad de este año provocaron una mayor demanda entre los inversionistas y eso ocasionó que las tasas volvieran a bajar a 2,25%.
Analistas y asesores financieros locales toman en cuenta las referencias de tasas que se originen en Estados Unidos. Adicionalmente, la existencia de más liquidez en dólares este año hizo que la demanda elevara los precios de los bonos.
Uno de los motivos del crecimiento de la liquidez en dólares fue el traslado de ahorros a esa moneda debido a la devaluación ocurrida y por un menor crecimiento del crédito en esa moneda, lo que dejó a los bancos con los fondos disponibles.
Para García, el movimiento en el mercado local ha dejado con pocas posibilidades a quienes tengan intenciones de especular con estos bonos, es decir, comprar a un precio bajo para venderlos a uno más alto en un plazo corto.
La mayoría de los títulos se encuentran ajustados a la curva y, por esta razón, sus valores ya no presentan una oportunidad para un eventual negocio de corto plazo.
“No se observan activos que se consideren baratos, aunque esto depende de las necesidades de colocación del mercado”, añadió García.
El índice
Campos explicó que crearon el índice desde setiembre pasado y se tomaron datos desde el 30 de setiembre del 2013.
El indicador pretende determinar la actividad de los 20 instrumentos con más liquidez en el mercado de la Bolsa Nacional de Valores (BNV). Para esto, se considera el volumen facial transado y el número de días en el ocurrienron negociaciones.
El desempeño de esos 20 bonos se revisa cada tres meses, pues según sus operaciones, algunos pueden salir del cálculo del índice, mientras otros ingresan.
Con respecto a los plazos, se consideran tres rangos que tienen como mínimo una participación del 25% y un máximo del 45% para duraciones de cero a cuatro años; de más de cuatro hasta cinco años; y los superiores a los ocho años plazo.