El documento apunta hacia un incremento creciente en el uso de pagos electrónicos -como el uso de tarjetas de crédito, o dinero y cheques electrónicos- el cual fue más visible en países con mercados emergentes donde los pagos electrónicos añadieron un 0,8% a su PIB, mientras que en mercados en desarrollo el aporte fue del 0,3%.
Se estima que en China por ejemplo, el incremento en el uso de tarjetas pasó de un 31% de los pagos en el 2008 a un 56% en el 2012, correspondiente a un incremento del 1,7% del PIB de estos años, un aproximado de $374.500 millones (el más alto aporte a nivel mundial).
El fenómeno se debe a que los países desarrollados ya tienen tasas estables de uso de pagos electrónicos, además que el impacto de la recesión desaceleró el crecimiento de estas transacciones: el aporte estadounidense, a pesar de ser el segundo más alto, alcanzó solamente $127.400 millones.
En América Latina y el Caribe, el aporte más alto la realizó Brasil ($51.300 millones), seguida de Argentina ($8.100 millones) y México ($7.800 millones). Por su parte, Costa Rica registró en los últimos cuatro años una contribución de $300 millones en este tipo de transacciones.
La empresa Moody pronostica además que de darse un incremento del 1% en el uso de pago con tarjetas, crearía aproximadamente un incremento del 0,035% en el PIB mundial.