En distintas ocasiones me he preguntado ¿cuánto influye mi trabajo en mi vida personal? ¿Me estaré volviendo un adicto al trabajo y a los problemas laborales? Son muchas las preguntas que surgen debido a las condiciones en que las personas manejamos nuestro ambiente laboral.
Para muchos empresarios o colaboradores se torna casi imposible dejar el trabajo a la salida de su compañía; hablar de situaciones laborales en fiestas, cenas familiares, reuniones con amigos, momentos en pareja y muchas veces hasta en la cama mientras supuestamente descansamos, se ha tornado un hábito común entre los seres humanos.
¿Se ha dado cuenta cuánto espacio de su vida personal le roba estar pendiente del trabajo las 24 horas del día, contestando mensajes de texto, pendiente de correos electrónicos, tratando de resolver problemas y sin poder dejar de lado la constante lucha mental para solucionar actividades pendientes y otras que podrán ocurrir mañana, mientras la vida pasa ante sus ojos sin usted darse cuenta que se está perdiendo de momentos que deberían ser importantes?
¿En qué momento nos volvimos máquinas conectadas a la oficina? Pasamos aproximadamente un tercio de nuestra vida metidos en el sitio de trabajo y un quinto de ella durmiendo, por lo que estamos utilizando cerca del 50% de la media de vida, entre la oficina y la cama mientras dormimos. ¿Considera conveniente utilizar el restante 50% de vida que le queda para compartirlo entre preocupaciones del trabajo, atender llamadas de clientes, sus hijos, sus familiares, esposa y amigos?
Es hora de empezar a pensar diferente. Sus amigos probablemente estén un poco cansados que solamente les hable de su trabajo o problemas laborales, y a su familia le empieza a preocupar esa cara larga con la que llega todos los días después del trabajo. Vuelva a ser esa persona divertida que era antes y que disfrutaba cada momento en compañía con los demás, que lograba conversar de temas diferentes sin llevar a colación problemas con el jefe o compañeros de trabajo.
Realmente es un reto cambiar hábitos, sin embargo, acá le dejo algunas claves para lograr el objetivo:
-Hable consigo mismo: Pocas veces nos tomamos el tiempo para un auto análisis; siéntese y medite en qué le afecta llevar el trabajo a todos lados, y cómo está influyendo eso en su vida social. Lo principal es convencerse del cambio.
-Tome su tiempo al salir del trabajo: El estrés de un día de trabajo es alto, por esto tome su tiempo antes de irse a casa. Dedique al menos cinco minutos a respirar profundamente, relajarse, apagar la computadora y cerrar los ojos para pensar en lo bueno del día, esto le ayudará a salir de su oficina un poco más relajado, lo que hará que su cerebro esté pendiente del ambiente y pueda conversar sobre distintos temas que lo rodean.
-Piense al hablar: Elija correctamente los temas de conversación con amigos y familiares, no deje que el trabajo lo envuelva. Lea sobre temas como deportes, farándula, moda, ocio, así podrá tocar temas de interés para otros. Trate de no hablar de temas que le lleven al mismo circulo laboral, esto le permitirá mantener una conversación fluida sin hablar de trabajo.
-Mantenga una rutina saludable: Trate de hacer un poco de ejercicio de manera constante o al menos trasládase a al trabajo caminando, o en bicicleta. Si le queda lejos, de una vuelta en el jardín de su casa o vecindario antes de entrar a la casa después del día de trabajo. Tomar aire ayuda a eliminar el estrés del día, pudiendo ser más receptivo a la manera de conversar con familiares y amigos.
Estas cuatro claves le permitirán mejorar su relación con personas cercanas, que probablemente se han alejado para no escucharle con más problemas y situaciones laborales.
Se ha demostrado que la eficiencia de un empresario o colaborador no mejora aumentando las horas que dedica al trabajo, si no aumentando su calidad de vida y relaciones interpersonales, lo cual aumenta la felicidad y por ende los resultados en su empresa.
*Presidente-CEO, J&P Coach Group.