El tema de la manufactura lean no es nuevo. Tampoco lo son las técnicas de six sigma , que fueron concebidas hace casi 30 años para optimizar operaciones en Motorola y ahora son de utilización generalizada en muchos sectores.
El project management también se ha vuelto un estándar, y hoy en día no podemos concebir que se realice una obra sin que haya un cronograma de actividades y un proceso estructurado para administrar los recursos.
Aunque el sector de servicios legales siempre parece ir rezagado a la hora de emular las tendencias de la empresa, no por ello pierde la capacidad de sorprendernos de vez en cuando.
La próxima sorpresa será la introducción de estas técnicas.
El pensamiento lean predica la eliminación de desperdicios en las industrias e induce a utilizar los recursos más eficientemente, generando ahorros que les permiten ser más competitivas. Para ser lean , las empresas eliminan desperdicios implementando, por ejemplo, técnicas de desarrollo de proveedores y “justo a tiempo”. Nos induce a deshacernos de lo innecesario, a sacar el peso muerto, potenciando, a la vez, aquello que agrega valor, es decir, lo necesario.
Por otra parte, six sigma es un estándar que exige producir 99,9997% libre de defectos, lo cual se puede lograr empleando diversas técnicas de mejora continua y sistematización de procesos.
Cada vez más corporaciones han adoptado como parte integral de su filosofía una combinación de ambos métodos. Así, lean six sigma nos fija un cometido: producir resultados sin desperfectos utilizando los recursos de forma eficiente, libre de desperdicios.
En el universo de las operaciones, lean y six sigma son referentes aceptados con amplitud desde hace mucho tiempo. Sin embargo, convertirlos en un aspecto central de los sistemas de trabajo no resulta todavía tan frecuente como cabría esperar en algunos sectores productivos, como el de los servicios legales.
El nuevo servicio legal
En un mundo cada vez más competitivo, que obliga a las empresas a ahorrar costos y producir más eficientemente, ha crecido la presión hacia las oficinas de abogados para incrementar su eficacia, producir iguales o mejores resultados en menor tiempo y reducir sus facturas.
En este mercado, los supervivientes serán lean six sigma .
Cabe preguntarnos, ¿cómo son los servicios legales lean six sigma ?
Desde el comienzo son diferentes de los que brinda un abogado tradicional. Se empezará definiendo adecuadamente su alcance para no entregar al cliente más de lo que necesita. Se ejecutarán como un verdadero proyecto, implementado técnicas estructuradas de project managment .
Se dará énfasis a lo que realmente le aporta valor al cliente. Se trabajará con flujos de procesos que hagan el servicio predecible y constante, y se medirá y reevaluará periódicamente para optimizarlo con técnicas de mejora continua, aprovechando oportunidades para reducir desperdicios.
De esta forma, se podrán evitar reuniones, comunicaciones, intercambios, documentos y pasos innecesarios o redundantes, que no aportan valor y tienen un alto costo tanto para el abogado como para el cliente. La eficiencia lograda comportará ahorros significativos.
No debe sorprendernos encontrar alguna resistencia en adoptar estos procesos por parte de los proveedores de servicios legales actuales. No resulta fácil para los abogados poner sus estructuras productivas “a dieta”.
Además, no se puede culpar por su tradicionalismo a un gremio que se forma estudiando, en buena parte, instituciones milenarias greco-romanas.
Sin embargo, poco a poco, los proveedores de servicios legales notarán que con los ahorros obtenidos no solo es el cliente quien se beneficia. Una parte de los ahorros también queda en manos del productor, en este caso, el consultor jurídico. Ahí empezará la era de los servicios legales lean six sigma.