La salida de un gerente general o CEO es un cambio sensible para cualquier empresa y puede traer consecuencias internas y externas. Ante esto, y como parte de su compromiso profesional, es relevante que el gerente se plantee con anticipación las condiciones o el momento en el que dejará su puesto.
Tres consultores entrevistados por EF coinciden en que el escenario ideal es desarrollar un plan de sucesión estratégico, que desemboque en una transición abierta y bien comunicada. Sin embargo, en la realidad, estos planes son poco comunes y en las salidas se imponen las motivaciones personales y laborales.
El inconveniente de dejar su puesto por un tema coyuntural, está en que se requiere alto grado de autoconocimiento, que permita leer correctamente, y a tiempo, las señales personales y las del negocio.
“El gerente debe ser muy consciente de su motivación hacia la empresa y de la prioridad que esta tiene en su vida. Si descubre que tiene motivaciones que lo llevan a pensar más en otras cosas importantes, y la empresa ya no está en sus primeras dos o tres prioridades, es un buen momento para considerar dejar el cargo”, explica el master coach Jack Rayfer, de RyR Consultores.
En esto coincide Eric Quesada, director comercial regional de Manpower Group, y menciona tres motivaciones clásicas: “Que su vida ola empresa hayan cambiado de tal forma que nuestros objetivos e ideales sean diferentes y que, en lugar de ir juntos, vayamos separados. Que lo que pueda aportar no sea suficiente para la organización y de alguna forma tuviera que darle paso a otra u otras personas que sí puedan dar lo que la organización requiera. Y que pudiera haber un ofrecimiento de otra empresa, para un puesto más atractivo”.
Cuando el gerente deja pasar estos escenarios, sin darles la atención adecuada, corre el riesgo de que afecten su desempeño y sea la empresa la llamada a prescindir de sus servicios.
“La continuidad de esta figura debe ser revisada ante su desempeño, resultados que no alcanzan las metas de manera consistente, por incapacidad de impulsar la energía del grupo hacia los objetivos propuestos o lograr éxito ante nuevos escenarios. También, son factores de salida, conflictoso desacuerdos importantescon accionista o junta directiva”, explica Cristina Cubero, gerente de consultorías de Deloitte.
Cubero señala que una salida mal manejada podría dejar mucho más que tristeza o incertidumbre en la oficina. “Las transiciones en las gerencias o de directores generales pueden llegar a mover puntos en el valor de las acciones de las empresas, enviar señales importantes y generar cuestionamientos e incertidumbres en el mercado”, explica.
Para evitarlo, aplique evaluaciones de competencias y de desempeño al equipo gerencial. Con el apoyo del departamento de recursos humanos, elija un candidato o candidatos y comparta su conocimiento y experiencia. Incluso, usted podría seguir asesorando a su sucesor, una vez que decida retirarse.