Más allá de las habilidades conocidas de un gerente, un líder debe entender sus propias emociones y las de otros porque esto le llevará a dar verdaderos resultados.
"Un líder es una persona, no puede separarse de sus sentimientos; al contrario, debe aprender a vivir con sus emociones. Estas son las partes que mueven más a la gente que depende de él. Aquí lo importante es cómo domina estas emociones", explica Gustavo Contreras, director general del Instituto Mexicano de Mejores Prácticas Corporativas.
David Goleman, un psicólogo que adquirió fama a partir de la publicación del libro "Inteligencia Emocional", le dio forma a un concepto que explica la relación de control que debe tener un líder con sus emociones y las de su grupo: "el líder resonante". Éste tiene como principal tarea la de trasmitir buenos sentimientos a aquéllos que lo siguen. "Esto ocurre cuando genera resonancia, un reservorio de positividad que libera lo mejor de las personas. En la raíz, el primer trabajo del líder es emocional", sostiene Goleman.
Él y otros investigadores concluyen que la inteligencia emocional trae esta resonancia necesaria al líder, pero también a sus equipos y a la organización entera.
Las investigaciones coinciden en que el primer paso para desarrollar la inteligencia emocional es el darse cuenta del propio sentir. "Apreciar apropiadamente las emociones facilita la formación de juicios y el tomar decisiones. Su adecuada expresión asegura que la gente será capaz de comunicarse efectivamente con los otros para identificar sus necesidades y lograr sus metas y objetivos", sostiene el estudio Emotions and Leadership: The role of emotional intelligence, realizado por Jennifer M. George, una profesora de liderazgo de la Jones Graduate School of Business de la Rice University, en Houston, Texas.
¿Cómo dar el paso?
El primer acercamiento para desarrollar la inteligencia emocional es darse cuenta de cómo las emociones actúan en nosotros. Esto se puede lograr a través de nombrar esos sentimientos. Un ejercicio propuesto por el libro Becoming a Resonant Leader: Develop Your Emotional Intelligence puede ayudarle a lograrlo.
Imagine una situación en el trabajo que haya involucrado emociones fuertes. Después, póngale nombre a esas emociones: felicidad, estrés, agradecimiento, etcétera. Luego, piense en qué parte del cuerpo respondió a esa emoción; el estómago, la garganta, algún músculo. Finalmente, dele una explicación a por qué se sintió así. Pudo deberse a que alguien traicionó su confianza, por ejemplo. Ahora pregúntese, ¿cómo afectaron sus sentimientos a su equipo?
Uno de los principios de los que hay que partir, expone Goleman, es que las emociones son contagiosas: "Así como viajan como electricidad en nuestros cuerpos y cerebros, viajan rápidamente entre las personas". Por esto, el humor del líder afecta a todos los que lidera y quizá a los que conforman la organización. Cuando se es optimista, se piensa más clara y creativamente y se tiene mejor desempeño.
George lo explica fácilmente y asegura que las actitudes positivas facilitan la creatividad, el pensamiento integrado, el razonamiento inductivo, mientras que los sentimientos negativos facilitan la atención a los detalles, la detección de errores y problemas y el procesamiento cuidadoso de la información. Así que, manejar las emociones y orientarlas a las situaciones favorece la elaboración de perspectivas sobre un asunto en particular.
El estudio de George destaca que a través de la evaluación de oportunidades y problemas bajo diversos estados de ánimo, se podrá poner sobre la mesa una amplia gama de opciones. Puede analizar un problema mientras está optimista, para luego estudiarlo mientras está molesto. Los resultados serán amplios.
Más allá de usted
Ya que se desarrolla esa consciencia de los propios sentimientos, también es importante hacerlo con los de los otros; es decir, tener empatía, la capacidad de entender los sentimientos del otro o de "ponerse en sus zapatos", como se dice coloquialmente.
Hay cuatro aspectos en los que la inteligencia emocional se relaciona con el liderazgo, según los enlista George y son: la evaluación y expresión de las emociones; el uso de estas para mejorar los procesos; la toma de decisiones; el conocimiento de los sentimientos y su gestión. Todas estas áreas pueden desarrollarse a través del análisis del propio líder y de cómo se relaciona con las emociones de su entorno.