El viejo estilo de liderazgo a través del poder nos ha acompañado por miles de años y todavía es el estilo de liderazgo que con mayor frecuencia encontramos en empresas y organizaciones.
Data desde la época de la construcción de las pirámides y se difunde en las empresas después de utilizarse en la organización tipo staff en los ejércitos y organismos militares, principalmente en Estados Unidos. De este modelo altamente exitoso después de la Segunda Guerra Mundial, se inspiraron las empresas que emergieron entonces, copiando el modelo piramidal.
En la cultura producto de este modelo, las personas se promueven para escalar posiciones de acuerdo a su conocimiento, experiencia y capacidad de cumplir instrucciones de las altas jerarquías. También hay que considerar a aquellos que por una u otra razón gozan del favor del jefe, confirmando que el líder más fuerte era aquel que mayor poder tenía a su disposición.
En una organización piramidal, los jefes o líderes se ven retados ante el cuestionamiento de sus políticas o procedimientos con los aportes de las personas de diferentes niveles jerárquicos de la organización. Es por esto que los líderes deben contar con un dominio extraordinario de su temperamento, pero sobre todo con gran amplitud de criterio para analizar las ventajas de las sugerencias que les son propuestas, ejerciendo control sobre su primera reacción a defender e imponer lo que considera suyo, o de su inspiración, y por lo tanto con una fuerte respuesta defensiva de parte de su ego.
Por esta razón, los líderes requieren fortalecer el dominio de sus emociones, ego y reacciones instintivas.
Los japoneses iniciaron el cambio de paradigma aprovechando los rasgos principales de su cultura para incursionar en cambios administrativos radicales e innovadores, que luego se difundieron en el mundo empresarial occidental, tales como círculos de calidad, equipos de trabajo, justo a tiempo y otros importantes programas que hicieron obsoleto el viejo concepto piramidal.
De acuerdo con recientes estudios realizados por diversas universidades, así como por renombrados investigadores, la meditación e introspección son los métodos más efectivos para lograr este domino de las emociones, de las reacciones del ego, así como de la observación interna del comportamiento del sujeto observado. El doctor Daniel Goleman, por ejemplo, quien identificó y escribió sobre la Inteligencia Emocional, escribió también abundantemente sobre el tema.
En la actualidad, la meditación ha ganado gran cantidad de adeptos en Occidente, gracias a los comprobados beneficios que brinda, no solo en la salud de los practicantes, sino que también genera cambios importantes en su comportamiento a través de la práctica constante.
Recordemos que los principales atributos del líder resonante son: disciplina, humildad, espíritu de servicio, consciencia y ética, paciencia, empatía y capacidad de escucha.
Estos mismos atributos son los que los practicantes de la meditación diaria logran desarrollar paulatinamente, al poner en práctica constante el análisis introspectivo y la observación (mindfullness).
*Fundador/presidente de RBA