¿Cómo mide el desempeño de sus colaboradores? ¿Por presencia o por resultados? Estas interrogantes le plantea a la alta dirección Mario Casasola, consultor en tecnologías de información, para evidenciar el proceso y los cambios que debe asumir una empresa antes de experimentar con el teletrabajo.
"Si la respuesta es por resultados, la política de recursos humanos se flexibiliza a formas nuevas que antes no se podían pensar", asegura Casasola, quien participó hoy jueves 21 de agosto en el I Congreso Nacional de Teletrabajo, organizado por la Cámara de Comercio de Costa Rica, con la presentación "Teletrabajo como herramienta para disminuir costos y mejorar productividad".
La actividad se lleva a cabo en el hotel Radisson, con la participación de ocho expertos en legislación laboral que abordan temas como: deberes de los empleadores cuando se labora por medio del teletrabajo y límites de las jornadas laborales. Además, se realiza una mesa redonda para analizar esta herramienta como una forma de conciliación de la vida familiar y laboral.
"Las oportunidades son muchas y dependen de la visión de cada negocio. Hay casos de empresas muy exitosas que fueron más allá y vieron una oportunidad de negocio en el teletrabajo. Una de ellas es Disney: cuando uno llama al centro de operaciones, esa llamada va a diferentes lugares. Llama la atención la calidez de la gente, y resulta que se trata de amas de casa, que no tienen cómo desplazarse a centro de trabajo, pero cuentan con las características ideales para el puesto. Disney utiliza el modelo de negocio desde la casa, las tiene bien entrenadas, pero en funciones completamente remotas", explica Casasola.
¿Quién sí y quién no?
El primer paso para obtener beneficios del teletrabajo es definir en cuáles puestos es aplicable. El ejercicio es sencillo: los diferentes puestos son más o menos susceptibles de recurrir al teletrabajo, dependiendo del tipo de negocio. Un dependiente de una tienda por definición tiene que ir a la tienda a atender a la gente que va a desplazarse físicamente hasta el punto de venta. "Las personas cuyo trabajo depende del lugar físico, no pueden teletrabajar, pero los colaboradores cuyo trabajo depende de lo que hace y no de adonde va, sí pueden", asegura Casasola.
Las herramientas informáticas de conexión remota ofrecen medidas de control para saber si la persona está haciendo su trabajo. "Puede que alguien vaya todos los días a trabajar y esté ahí, pero no realice sus labores, y esto es difícil de determinar. Por medios electrónicos y durante la conexión virtual, el jefe sí puede medir qué pasó, qué hizo. Estos son temas muy objetivos", dice Casasola.
Una política de teletrabajo clara y accesible trasciende el campo interno y se convierte en una ventaja competitiva, que aumenta el atractivo de la empresa como empleador, sin ofrecer salarios mucho más altos sino flexibilidad laboral. "Está probado que, además de mejorar el clima organizacional, el teletrabajo aumenta la productividad y la capacidad de los colaboradores", asegura el consultor.
Por el contrario, un esfuerzo esporádico, sin reglas o métodos de evaluación, es la "receta para el desastre": si el teletrabajo no aporta valor fundamental al negocio, o no lo respalda la dirección. Si no va acompañado de un análisis de beneficios para el negocio y para el empleado (una relación ganar - ganar) no puede ser una buena política.
"Y aún cuando cuente con todos estos elementos, antes de su implementación, tiene que estar acompañada de un chequeo de la salud tecnológica de la empresa: cómo están sus aplicaciones, procesos, conectividad, esa serie de piecitas van a tener que encajarse para que el trabajo sea exitoso. A partir de ahí, la garantía de éxito es el 90%", asegura Casasola.