Donde otros ven barreras insalvables, Peter Diamandis solo ve desafíos y oportunidades.
Sostiene que las cifras que surgen de su organización sin fines de lucro XPRIZE Foundation, orientada a facilitar el cambio exponencial en beneficio de la humanidad, así como los temas que maneja Singularity University, la universidad que fundó con respaldo de Google, la NASA, 3-D Systems y Genetech, muestran una realidad muy diferente de la que aparece en los medios de comunicación.
"En Singularity, incubamos unas 15 compañías por año y concurren los emprendedores que utilizan las tecnologías más poderosas. La misión que se fijó la universidad es impactar en la vida de 1.000 millones de personas en una década", informa.
Una de las compañías que incubaron, Matternet, surgió como resultado de abordar el tema del transporte como un problema.
"Nos dimos cuenta de que en África los caminos son un desastre y cuesta $ 1.000 millones construir una infraestructura adecuada para el comercio. Uno de los equipos creó una compañía llamada Matternet, que envía drones autónomos capaces de transportar paquetes de hasta cinco kilos entre pueblo y pueblo".
El autor de Abundance considera que el mundo está mejorando a un ritmo extraordinario en casi todos los indicadores.
"Hoy mismo, en Kenia, un guerrero masai con teléfono celular tiene una mejor comunicación móvil de la que tenía un presidente de los Estados Unidos hace 25 o 30 años. Es más, si utiliza Google o un teléfono inteligente, tiene acceso a más y mejor información que el presidente Clinton hace 20 años".
¿Qué hizo que el mundo mejorara tanto en estos últimos 100 años? "La tecnología es la fuerza que convierte lo escaso en abundante", afirma.
Entre las más trascendentes menciona la inteligencia artificial (IA), a la que define como la capacidad de un dispositivo de entender lo que el usuario necesita y desea, y brindar una respuesta mejor que la que daría un ser humano.
Otra fuente de abundancia que destaca es la energía solar. Y si bien admite que está aún en un formato no utilizable, computa en el haber el hecho de que los costos están cayendo precipitadamente. Se queja de que haya gente que crea regulaciones para que todo siga igual.
Recuerda que hace 1.000 años, los únicos que podían hacer algo a gran escala eran los reyes y las reinas, e incluso ellos tenían recursos limitados. Hace 100 años, eran los empresarios industriales quienes podían construir caminos o levantar bibliotecas. "Hoy todos tenemos ese extraordinario potencial. Podemos acceder a la inteligencia artificial en la nube, a las impresiones 3-D, a miles de millones de dólares a través del crowdfunding, y a expertos de todo el planeta. La cantidad de personas con poder para resolver problemas crece a pasos agigantados", señala.
Opina que las empresas son hoy mucho más eficientes y rápidas que antes, y que los premios en dinero, como los X Prize, constituyen un aliento a la innovación. "Trabajamos mejor cuando competimos, como lo demuestran los Juegos Olímpicos. En los negocios también realizamos un mejor trabajo en el fragor de la competencia", agrega.
Añade que el mayor desafío para quienes, como él, están focalizados en resolver los problemas del planeta, es reunir a los mejores innovadores del mundo y hacerlos competir.
Aprendió este concepto leyendo a Charles Lindbergh, quien en 1927 cruzó el Atlántico para ganar un premio de $25.000, destinado al primero que uniera en avión Nueva York y París. Por eso, Diamandis, que además de médico es ingeniero aeroespacial formado en el MIT, creó un premio de $10 millones para impulsar el transporte público en el espacio. Compitieron 26 equipos de siete países e invirtieron $ 100 millones para ganar.
Otra experiencia significativa tuvo lugar luego del derrame de petróleo de 2010 en el golfo de México. "James Cameron, el productor cinematográfico, quería hacer algo para resolverlo. Pensamos que tal vez podríamos reinventar la manera de limpiar los derrames en el océano, para hacerlo con mayor rapidez, antes de que el petróleo llegara a la costa. Participaron más de 300 equipos. Los 10 más brillantes pelearon cabeza a cabeza en una instalación de limpiado de derrames. Finalmente, el equipo ganador mejoró la eficiencia en la limpieza en un 600%".
En cuanto a las oportunidades de negocios que se abren gracias a la tecnología, pone como ejemplo el acceso a Internet.
"En 2010, había 1.800 millones de personas conectadas online y para 2020 se espera que sean no menos de 5.000 millones. Quiere decir que habrá 3.000 millones de mentes nuevas en Internet, 3.000 millones de personas que nunca han comprado o visto nada en la web; un sinfín de personas que no son sus clientes sino los clientes de sus clientes. Estamos hablando de algo muy grande, de decenas de miles de millones de dólares", recuerda.
Cree que la próxima gran tendencia será la transformación de los innovadores individuales en personas que resuelven problemas.
"Todos contamos hoy con las herramientas necesarias para realizar lo que antes solo podían hacer los gobiernos y las grandes empresas", subraya.