En ocasiones, los directorios de empresas y sus ejecutivos se enfrentan a un difícil panorama a la hora de estimar las proyecciones de sus negocios, lo que obstaculiza la planificación y el control de impactos.
El monitoreo de indicios de deterioro de diferentes unidades de negocio, plusvalías, u otras inversiones se convierte en un factor de gestión clave y determinante en pro de la transparencia. Tome en cuenta lo siguiente.
Evaluación de indicios de deterioro: Al final de cada periodo, se evaluará si existen señales de deterioro del valor de algún activo; en cuyo caso la entidad estimará el importe recuperable.
Activos afectados: El análisis de indicadores de deterioro debe ser aplicado sobre: plusvalía, activos intangibles, activos fijos, propiedades e inversiones en subsidiarias.
Fuentes externas de información: Pueden servir como alerta ante un posible deterioro, por ejemplo, si existen indicios observables de que el valor del activo ha disminuido más de lo que se esperaba.
O si la empresa se enfrenta a cambios adversos significativos (legales, tecnológicos o de mercado); o si el valor en libros de los activos netos de la compañía es mayor que su capitalización bursátil.
Fuentes internas de información: Por ejemplo si el activo ha sufrido cambios importantes negativos en el alcance o forma en que se usa, informes internos que indiquen que el rendimiento económico del activo es o será peor.
Consecuencias: En pro de la transparencia ante los stakeholders , y para dar cumplimiento a las NIIF, ante la presencia de un indicador de deterioro será necesario estimar el importe recuperable del activo (realizar una prueba de deterioro formal completa).