Las empresas en Costa Rica contamos con una nueva versión del Código Voluntario de Buenas Prácticas en Gobierno Corporativo.
Es un momento propicio para insistir en la importancia de adoptar sus principios, tanto en empresas grandes y medianas como pequeñas, con el fin de mejorar su dirección, control y resultados.
Las prácticas de buen gobierno corporativo facilitan el acceso a financiamiento porque son una señal de compromiso con una administración profesional.
Hay evidencia de que la gestión gerencial y la utilización de los recursos se vuelve más eficiente, las decisiones son más ágiles, hay mayor equilibrio entre los intereses de los socios y de la empresa, y las políticas laborales promueven la competitividad.
La tercera edición del Código Voluntario, del Instituto de Gobierno Corporativo de Costa Rica, sigue incorporando guías de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y en sus principios generales se agregan recomendaciones concretas de buenas prácticas.
Sin embargo, en esta edición se amplía el espectro para permitir que la organización adopte políticas y prácticas propias que permitan cumplir el mismo principio.
El Código está disponible en el sitio igc-costarica.org. Si no lo ha utilizado en el pasado, le recomiendo descargarlo, analizarlo y comenzar a incorporar algunos de sus principios y prácticas.
Así como el Código ha evolucionado en estos años, las empresas costarricenses también deben crecer más en gobierno corporativo. Tenemos una deuda de formalización y compromiso en este sentido.
Costa Rica es una economía cada vez más abierta al mercado internacional y los compromisos nacionales del Estado para ser miembro de la OCDE deben acompañarse del esfuerzo empresarial para ser más competitivas y contribuir a la generación de empleo y el crecimiento económico.