Otra de las razones que impiden el obtener un mayor provecho de las normas ISO 9000 en las organizaciones certificadas, es el no utilizar apropiadamente su motor de mejoramiento.
Las normas preven tres instancias para propiciar la mejora: La Auditoría Interna, la Revisión por la Dirección y el Plan de Acciones Correctivas.
La Auditoría Interna es una magnífica oportunidad para mirarse en un espejo objetivo donde se pueda evaluar qué tan bien se están haciendo las cosas. Es aceptable que en una etapa inicial, estas se centren en el cumplimiento de los procedimientos para darle estabilidad al sistema; sin embargo, una vez superada esta fase inicial, el enfoque de la auditoría debe estar en el cuestionamiento del cómo hacemos las cosas.
La Revisión por la Dirección es un acto que la norma formaliza para permitirle a la Gerencia enterarse de las oportunidades de mejora identificadas, priorizarlas estratégicamente y tomar las decisiones pertinentes.
El Plan de Acciones Correctivas y Preventivas es el mecanismo operativo establecido para a) encontrar la teoría que une a la causa con el efecto y b) para darle un seguimiento formal a la ejecución de las mejoras identificadas.
Desafortunadamente, es común encontrarse con empresas que ejecutan estos tres importantes rituales simplemente porque es un requisito. No es en el tener la herramienta donde está la solución, sino en el uso que se le dé.