Cada vez es más frecuente observar cómo empresas costarricenses, incluyendo familiares (que han desarrollado buenas prácticas de gobierno corporativo), han logrado multiplicar varias veces su patrimonio y utilidades, apoyadas en la visión y dirección de una junta directiva de alto desempeño.
Algunas de las contribuciones que se logran con un buen gobierno corporativo son:
• Se propicia una fuente de ideas y puntos de vista diferentes a los del grupo de accionistas, lo que permite crear nuevas oportunidades de negocios.
• Sirve de árbitro en las normales disputas entre los accionistas y los administradores. En decisiones tales como balancear los dividendos de corto plazo, con las inversiones necesarias para el largo plazo, o las clásicas disputas por la remuneración de ejecutivos, los miembros externos de la directiva pueden abordarlas con un mayor objetividad.
• Mejora la capacidad de apalancamiento, ya que un buen gobierno corporativo crea mayor confianza en las entidades financieras, al mejorar el manejo de los recursos, la transparencia e incluso por gestionar y mitigar de una manera más efectiva los riesgos operativos del negocio.
• Extiende la red de contactos y relaciones. Cada uno de los directores tendrá sus propios contactos, que podrán poner al servicio de la entidad.
• Sirven como un puente entre viejas y nuevas generaciones. Por lo general, la sabiduría de los mayores necesita ser complementada con la energía y la menor aversión al riesgo de los más jóvenes.
Invito a las empresas que aún no se han animado a dar el paso de formar una junta directiva de alto desempeño, que mediten sobre las ventajas que un buen gobierno les pueda proporcionar y que se apoyen en buenos consejeros, si es del caso, para que su instauración sea un éxito desde la primera vez.