Uno de los grandes desafíos a los cuales se enfrentan los jóvenes profesionales suele ser la necesidad de conciliar las diversas ocupaciones familiares, académicas, laborales, etc. No se trata únicamente de una gestión del tiempo sin más, es decir, de cuándo y cómo deben cumplirse ciertos deberes. El gran “conflicto” interno consiste más bien en cómo ordenar las ideas, ir cambiando de un tema a otro, a lo largo del día, y en momentos poco esperados.
Pongamos un ejemplo. Estoy comiendo y recibo un SMS: ¿ya está lista la presentación para el curso “X” (de la universidad)? En ese mismo momento, estoy hablando con un colega de trabajo sobre fútbol, mientras que el manager decide tratar un tema profesional. Minutos después, cuando llego a mi computadora, recibo un email de un pariente para citarme a la celebración de un cumpleaños. Para rematar, timbra la extensión telefónica: una mujer interesada en nuestros servicios.
Este pequeño relato que hoy puede parecer absurdo, para un joven no lo es: refleja uno de esos instantes de la vida en que simplemente se siente que me va a “implotar” la cabeza: “No puedo más...”. Únicamente el tiempo enseña que eso era solo el comienzo, y es el tiempo quien se encarga de enseñarnos que sí es posible llegar mucho más alto.
“ Switchear ” es la palabra que vino a mi mente al hacer un paralelismo entre la vida y un gran tablero de breakers : por allí pasa gran cantidad de energía y cuando hay un cambio de voltaje importante, uno de ellos se “dispara” para interrumpir la corriente eléctrica y proteger los equipos que alimenta.
Ese “centro de carga” es nuestra mente: tiene una capacidad limitada para soportar cargas de trabajo, estudio, emociones, etc. La habilidad de encender y apagar rápido de cada switch es lo que nos hace más dinámicos y profundos, profesional y personalmente.
“ Switchear ” es la característica interna para separar una actividad de otra en nuestra cabeza, saber sonreír aunque tengamos mil problemas, porque los hemos sabido ordenar, separándolos unos de otros, con especial soltura y normalidad. “ Switchear ” es la capacidad de cambiar mentalmente de un tema a otro, con prudencia y agilidad.
Los profesionales más capaces con quienes he trabajado tienen esta capacidad ampliamente desarrollada. Suelen ser hombres y mujeres muy competentes en todos sus roles: resisten y soportan, con especial temple, esa multitud de actividades, sin olvidar ninguna. Más aún, diría que son capaces de tener todos los breakers encendidos. Su capacidad de “ switchear ” se vuelve tan natural que pueden saltar de un tópico a otro sin perder el dominio de cada asunto. Esos son los líderes, las cabezas que dirigen y orientan a otras. Sus umbrales de estrés son sumamente altos.
Conciliación
Está claro para todos que la vida no es un simple encender y apagar interruptores. De hecho, una de las habilidades mencionadas al inicio fue saber balancear el trabajo (o estudio) y la vida personal. En inglés se le suele denominar work-life balance . Algunos estudiosos en el tema suelen apuntar que la palabra balance no es la más apropiada, porque hace referencia al equilibrio, como el de una balanza: dos pesos que se sostienen mutuamente.
Otros, en cambio, hablan de conciliación. Es un término más preciso: hay días en que se puede dedicar más tiempo a la vida familiar y los amigos (fines de semana o vacaciones) y épocas del año en que se debe dedicar más tiempo al trabajo (cierres fiscales o proyectos especiales, por ejemplo).
Conciliación es gozar de flexibilidad, decidir con buen juicio aquello que es más oportuno hacer. Esa destreza no se forma de la noche a la mañana, sino con el paso del tiempo, la madurez que solo dan los años y una vida bien vivida.
Por tanto, “switchear” supone saber conciliar. Quien descuida su salud por cumplir un proyecto profesional puede ser un buen líder, si es consciente de ello. La persona que descansa poco o come mal porque decide apoyar una iniciativa en favor del bien común no solo es un líder, sino también un individuo íntegro, en la medida en que también luche por restablecer el orden en su vida.
Aprender a desarrollar esta cualidad nos hará idóneos para manejar proyectos, moderar las emociones y administrar recursos de manera eficiente. En último término, “ switchear ” es aprender a tener paz interior, armonizar nuestras tareas, ordenarnos, pasarla bien, y todo ello con la finalidad de ser felices haciendo lo que nos apasiona y lo que nos exige el deber.