El buen gobierno corporativo está cobrando cada vez más importancia en el ámbito local e internacional, debido a su reconocimiento como un valioso instrumento para alcanzar mercados más confiables y eficientes, hecho que se tornó de suma importancia en estos últimos tiempos debido a la cris financiera y a los escándalos de fraude a nivel mundial, casos de Enron, WorldCom y Parmalat.
Como ya sabemos, el Gobierno Corporativo está definido como el conjunto de reglas políticas y procedimientos que se utilizan para controlar y dirigir la organización empresarial de una forma equitativa y responsable.
La experiencia demuestra que las formas de implementar y lograr un mejor y motivado gobierno corporativo pueden diferir en cada país y empresa, o sea, no funciona la misma receta para todos. Por lo que, en general, los factores de motivación, suelen determinar las prioridades de acción y el ritmo de implementación de las medidas de mejora. Algunos factores de motivación podrían ser:
* Promover la ética y la responsabilidad social.
* Establecer la autorregulación del cumplimiento legal.
* Debe basarse en principios de triple partida, en los que, además de los resultados económicos también se obtengan resultados ambientales y sociales.
* Blinda a las empresas de prácticas corruptas.
* Buscar que la información sea fluida y transparente.
* Motivar un trato equitativo entre todos los integrantes de la institución (colaboradores, accionistas y junta directiva).
Es por lo que se necesita mostrar o motivar al mercado que somos tan abiertos y fiables como cualquier empresa, ya que en buena parte el éxito de una compañía está ligado a su capacidad de acceder a fuentes externas de financiamiento. Las buenas prácticas de gobierno corporativo pueden ser la respuesta. Por esta razón, cada vez contamos con más pruebas que demuestran que las empresas bien gobernadas cuentan con una mayor valoración en el mercado.
Decía Albert Einstein que “en los momentos de crisis solo la imaginación es más importante que el conocimiento”. Por eso, el deseo de asegurar la supervivencia a largo plazo de la empresa es un factor de motivación para mejorar su gobierno. Al implementar prácticas de gobierno corporativo se puede contribuir al éxito y la sostenibilidad a largo plazo de la empresa, lo que se conoce en los principios contables como negocio en marcha.
Buena valoración
El gobierno corporativo de alta calidad optimiza todos los procesos comerciales lo que lleva a un mejor desempeño operativo y a una reducción del gasto de capital que a su vez puede contribuir al crecimiento de las ventas y los resultados económicos de la empresa.
En la actualidad, en un entorno sacudido por la crisis, un código de gobierno corporativo debería fijar, claramente, comportamientos básicos para todos los directivos cuyo incumplimiento pueda acarrear graves consecuencias para ellos. Está claro que una empresa debe ser y parecer responsable y sostenible, pero más aún debe estar bien gobernada, con criterios éticos, de transparencia, claramente definidos.
Por ese motivo, las empresas que practican los principios de motivación de un buen gobierno corporativo son valoradas y preferidas en la actualidad por los inversionistas en su gran mayoría, porque aseguran con mayor probabilidad, el retorno prometido de su inversión; tal es el caso, que hoy en día son varias las organizaciones que publican en sus páginas web la aplicación de estos principios en sus empresas.
Podríamos concluir con que gobernar una empresa es motivar y educar, es decir, en la era del conocimiento y la información se necesitan personalidades fuertes y decididas que dirijan las organizaciones con el rumbo correcto.
Por lo tanto, si queremos tener un buen gobierno corporativo, estamos obligados a sacar lo mejor de las personas. Por eso gobernar no es mandar, sino motivar y enseñar a que los individuos realicen su deber movidos por ellos mismos y no por una regla. Problemas como el de Enron y de las otras empresas mencionadas, no se resuelven generando interminables códigos éticos. Hay algo mucho más radical: querer cumplir con el deber.
De ahí que la acción de gobierno corporativo no consista en dominar, en hacer que los demás permanezcan hasta abajo; esto último es la represión. El buen gobierno corporativo, como el buen motivador y educador, eleva las miradas de los demás. Si el gobernante o el motivador o educador es bueno, los gobernados o los educandos podrán afirmar: me gustaría ser tan bueno y responsable como es él.