Desde la creación de la primera Bienal, la de Venecia en 1895, poco a poco se han multiplicado exponencialmente. Pensadas como grandes exhibiciones de arte con la participación de artistas de todo el mundo, recientemente se han visto bajo ataque desde varios puntos de vista.
Uno de los más fuertes es el que considera que se ha formado un club de artistas de moda que aparecen en muchos de estos eventos. Es decir, los nombres tienden a repetirse.
Otra crítica apunta a la aparición de cierta uniformidad: el arte diseñado o pensado para una bienal, tiende a parecerse entre sí. De ahí que cada vez que se encarga a un curador o un grupo de curadores una bienal, se haga un esfuerzo extra para tratar de diferenciarse del canon imperante. La nueva versión de la Bienal do Mercosul (Porto Alegre, Brasil), será la edición número 10 de este evento. Veinte años en el espectro de las bienales no la hace particularmente vieja, pero tampoco es una bienal de esas que aparecen y desaparecen.
Como casi todas las bienales, la de Mercosul también cambia de equipo curatorial y temática en cada edición. En las anteriores, el número de artistas participantes osciló entre los 60-80. Para esta sin embargo, el número de artistas invitados asciende a más de 400.
El tema de la bienal es “Mensajes de una nueva América”, y una de sus consideraciones es ser más inclusiva.
Brasil se ha venido consolidando como una potencia cultural, y su fuerte economía empuja también al mercado del arte. No existen muchas exhibiciones en el mundo que cuenten con 400 artistas, entre vivos y fallecidos, y una gama tan amplia de generaciones, tendencias y estilos representados. Se trata de un evento de una ambición enorme, y tiene toda la intención de ubicar a la ciudad de Porto Alegre como una de las capitales del arte mundial.