La nueva misión del agente 007, James Bond, en la cinta Skyfall , revela importantes “pistas” a seguir por las organizaciones, en sus esfuerzos por descifrar los mapas de las estrategias competitivas.
Sin duda, la primera, es la capacidad de evolución, que le permite al espía mantenerse vigente, exitoso y, por ende, lucrativo. Medio siglo después de su creación por la pluma de Ian Fleming y superando 23 crónicas, se posiciona como la franquicia cinematográfica de mayor duración en la historia.
Las producciones de la saga le ganan al tiempo y se adelantan –más que adaptarse– a los cambios en la cultura y la tecnología. Transformándose, logra superar aventuras con enemigos, armas y entornos muy diferentes en los últimos 50 años.
La siguiente pista que devela Skyfall es la necesidad de “nuevas habilidades” sin las cuales el Servicio de Inteligencia Secreto (MI6) no podría imponerse. Las competencias identificadas se encuentran en sintonía con las descritas por el Institute for the Future de la Universidad de Phoenix.
El entender esta pista, esclarece otro dato: estas habilidades no se encuentran disponibles en una sola generación; será la capacidad de lograr sinergias, la que permita contar con la “batería” de competencias requerida. Estas claves se descifran en dos personajes clave.
La sinergia generacional
En varios filmes de la saga, uno de los personajes es “Q”, quien pertenece a Q-Branch, una división de investigación y desarrollo del MI6 y es el encargado de dotar a Bond de los ingeniosos gadgets , esos dispositivos electrónicos cómplices en sus misiones.
La perspectiva que brinda Skyfall a este personaje y a su relación con 007, es reveladora: según los productores, muestra uno de los principales conflictos existenciales de la película, la forma en la que el mundo funciona ahora y cómo eran los servicios de inteligencia tradicionales. En otros términos, las misiones de hoy fracasarán con las armas del pasado.
Este “experto” siempre fue representado por un “científico mayor”, desde otra óptica. Esta es la primera vez que “Q” es más joven que 007. Bond desacredita a “Q” en un primer encuentro, pensando que aún tiene acné en la cara y no supera los 30 años, y “Q” muestra la personalidad arrogante del “joven experto”, pero luego consolidan un respeto mutuo.
Una clara advertencia de que los jóvenes nativo-digitales y sus habilidades toman fuerza en el nuevo entorno, pero que, a su vez, necesitan guía en momentos clave.
El joven “Q” impone su “pensamiento computacional”, así como la “alfabetización en nuevos medios”. Dos competencias imprescindibles para lograr la misión que, en esta ocasión, no se desarrolló únicamente en las persecuciones con balas y golpes, sino que también se liberó en el campo cibernético.
Es en ese nuevo escenario donde “Q” demuestra su capacidad para traducir y dar sentido a una gran cantidad de data y, a su vez, deja muy en claro su pericia con las nuevas formas de inteligencia de información y de comunicación.
Al igual que en Skyfall muchas misiones organizacionales se ganarán en este terreno y como dice “Q”: “Creo que puedo hacer más daño desde mi laptop , vestido con mi pijama y una tacita de té de lo que tú podrías hacer en un año en acción en el campo”.
Así con pijama, taza de té y desde el sillón de su cuarto, “Q” se vuelve pieza clave en el proyecto. Dibujando las expectativas de los próximos talentos: transformación del “lugar de trabajo”, en la dimensión del tiempo y en la formas de contratación, temas que merecen un tratamiento aparte.
El anillo sónico, el cigarro que dispara o el mismo el bolígrafo explosivo, al que se refiere el joven “Q” como del pasado, quedan atrás. Las posibilidades que brindan la información rápida y la inteligencia de datos superan hoy las fantasías del pasado. De alguna manera “Q” se convierte también en un aliado tecnológico de 007, siendo su guardaespaldas remoto, demostrando así el desarrollo de otra competencia clave, la habilidad de colaboración y acción virtual.
Por su parte, Bond, es el agente líder, reúne medio siglo de historia sumada a su inteligencia y habilidad indiscutible en el “terreno”. Evidencia su capacidad de acción intercultural, mantiene su sagacidad e inteligencia social, pero sobre todo permite a “Q” y al resto del equipo tener acción y desarrollar las áreas en las que le aventajan.
Las misiones de las empresas en el mundo de hoy deben lograr la suma de talento: integrar la experiencia y pericia de 007 y las nuevas habilidades de “Q”, eso les dará “licencia” para ganar.
¿Está su organización preparada para la misión?