La mercancía ilícita que circula en el país puede representar hasta un 15% del mercado total en productos como cigarrillos, licor, medicamentos y calzado.
Dado que se trata de transacciones ilegales, determinar a cuánto asciende este mercado no es posible exactamente.
Sin embargo, EF realizó una estimación con base en datos suministrados por la Policía de Control Fiscal del Ministerio de Hacienda, la consultora Euromonitor y varias compañías que se ven afectadas en el país.
Tanto las autoridades como las empresas insisten en que el comercio ilegal genera una pérdida para el Estado al evadir impuestos, daña económicamente a las compañías porque disminuyen sus ventas y puede generar daños a la salud de las personas.
Solo en artículos decomisados, en el caso de la cerveza, el mercado ilegal llega al 1% del mercado total, lo mismo en cigarrillos; en medicamentos es del 7%, y en ropa, zapatos y artículos de belleza el 15%.
Solo en productos falsificados, al año se genera unos $250.000 millones de ganancias en el mundo, de acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
“Este fenómeno ha alcanzado un nivel sin precedentes y supone un tremendo peligro para la sociedad y la economía mundial. Se ha especulado de cuánto puede representar esto, algunos estiman que no menos de un 25% de todo el comercio mundial podría ser de productos falsos”, comentó Guillermo Varela, director ejecutivo de la Asociación GS Uno Costa Rica.
GS Uno se dedica a la implementación y análisis de buenas prácticas comerciales.
Mercado estable
Cigarros, medicamentos, licor y dinero son los artículos que más decomisó la Policía de Control Fiscal en el 2013 (en cantidad de unidades).
El resto de los decomisos son, en su mayoría, artículos de uso personal tales como ropa, zapatos y maquillaje.
En la mayoría de las categorías se presentó un incremento en la cantidad de productos incautados en 2013 respecto del 2010.
Los decomisos de artículos de uso personal, textiles y calzado son los que han mantenido todos los años un comportamiento creciente.
Eso no implica, necesariamente, que exista más contrabando, sino que los operativos de control fiscal son más efectivos.
Aunque las acciones por parte de Hacienda están generando mejores resultados, se estima que estos decomisos representan solo una parte de todo el mercado ilegal que circula por las calles.
Es difícil definir si las ventas clandestinas están incrementándose, pero al menos sí se mantienen, ya que la Policía no ha logrado reducir los números.
Este mercado se sostiene porque cuenta con un público fiel y constante. Cinco de cada diez costarricenses afirmó haber comprado algún producto ilegal, según la encuesta “Contrabando en Costa Rica” elaborada por Unimer para la Cámara Costarricense Norteamericana de Comercio (AmCham) en junio del 2012.
Adicciones de contrabando
El licor y los cigarrillos son dos de los tres productos de contrabando que centran la atención de las autoridades nacionales e internacionales por contener sustancias que generan adicción.
Además, su trasiego suele estar asociado al crimen organizado, lavado de dinero, evasión impositiva y fraude al consumidor.
“Una de las principales afectaciones es el deterioro en la seguridad ciudadana, pues muchas veces el contrabando y los mercados ilícitos se relacionan con el crimen organizado”, opinó Gisela Sánchez, directora de relaciones corporativas de Florida Ice and Farm (Fifco).
Según datos de la Policía de Control Fiscal, en el país se podrían estar trasegando alrededor de 300 millones de unidades de cigarrillos al año, que representa una evasión de $23 millones.
Además de los daños económicos al Estado y a las empresas, Franklin Murillo, gerente país de British American Tobacco Caribbean & Central America (Batcca), comentó que el consumidor también se ve seriamente perjudicado por la ausencia de garantías o mala calidad de los productos y por la falta de controles sanitarios.
Si se toman en cuenta solo los cigarrillos decomisados, los casi 22 millones de unidades incautadas en el 2013 representan alrededor del 1,41% de todas las ventas que se realizan en el país.
Sin embargo, si se suman los decomisos y los cigarrillos que se estima se siguen vendiendo de manera clandestina, este mercado ilegal podría representar entre el 15% y el 20% de todo lo comercializados en Costa Rica.
En cuanto al licor, para el 2013 se decomisaron 236.600 litros de cerveza, whisky, vino y otros.
Se han detectado dos tipos de contrabando: el de cervezas y destilados que ingresan sin pagar los impuestos respectivos, y el de alcohol destilado que llega para ser diluido y embotellado en el país, ya sea para exportar o para consumo local.
El cálculo indica que, al año, ingresan de forma ilegal al país 100.000 cajas de licor y se estima en $20 millones lo que el Estado deja de percibir por impuestos.
La cerveza es el segundo etílico más común entre este mercado ilegal.
Los litros decomisados de este licor en el 2013 representan cerca del 1% del mercado total, pero al igual que los cigarrillos, se estima que todo el intercambio ilegal asciende al 22%.
Tanto Murillo, de Batcca, como Sánchez, de Fifco, coinciden en que los impuestos que pagan ambos productos impulsan al alza al comercio clandestino.
Desde hace dos años que entró en vigencia la Ley 9.028, conocida como Ley Antitabaco, cada cigarrillo paga un impuesto de ¢20, lo que hizo aumentar el precio final al consumidor.
Además, se prohibió la venta de cajetillas de 10 unidades, que eran las más baratas.
Respecto al licor, en agosto del 2012 entró en vigencia la nueva ley de patentes y en noviembre de mismo año se aprobó un impuesto en la Ley del Instituto de Desarrollo Rural (Inder).
En total, la categoría de bebidas alcohólicas tiene que pagar cinco impuestos: al valor agregado, selectivo de consumo, impuesto específico por patente, impuesto Inder e impuesto municipal.
Sánchez, de Fifco, explicó que esta industria es una de las dos más gravadas en Latinoamérica, pues paga impuestos de $69,36 por hectolitro.
A esto se suma que Panamá, un país vecino, está entre los que tienen cargas impositivas más bajas de la región ($24,27 por hectolitro), lo que genera un incentivo para el contrabando a través de la frontera con este país.
Falsa salud
La otra gran industria del contrabando en Costa Rica y el mundo es la de medicamentos y es una de las tres de mayor preocupación internacional por los riesgos que acarrea para la salud.
En este caso, el delito se presenta con la evasión de impuestos, principalmente con medicinas que provienen de Nicaragua, donde los fármacos tienen menor precio.
También se da la falsificación, por medio de la imitación de la marca original en laboratorios clandestinos, y la alteración, en la que se sustituye algún compuesto activo por un componente falso como talco o ácido bórico.
Estimando un valor promedio por medicamento de ¢10.000, los decomisos hechos en el 2013 en Costa Rica representan el 7,2% de toda la venta de fármacos de ese año. A nivel mundial, se estima que el 30% de todos los medicamentos son ilegales. De ellos, entre el 60% al 70% se concentran en Latinoamérica, África y Asia.
Los riesgos de estos productos están, no solo en su composición química, sino en su proceso de venta.
Carlos Calderón, gerente de Operaciones de la cadena de farmacias Fischel, explicó que el transporte de medicamentos requiere condiciones controladas, pues de otra manera su seguridad y eficacia están en riesgo.
“El uso de medios subterráneos para ingresar medicamentos al país, que van desde las maletas de viajero en el ‘comercio hormiga’ hasta el internamiento masivo en camiones sin ambientes controlados, evidentemente no son salvaguarda de su integridad, por lo que al llegar a manos del consumidor hay una alta probabilidad de que su estabilidad y eficacia se hayan perdido en buena parte”, manifestó Calderón.
Imagen ilegal
Ropa, zapatos y artículos de belleza y uso personal están entre las mercaderías que más se mueven en los estantes de la ilegalidad, aunque causa menos revuelo que el licor, los cigarrillos y los medicamentos, pues su afectación a la salud no es evidente.
Las estimaciones indican que cerca del 15% de estos productos ingresa al país sin pagar impuestos o se trata de una falsificación.
Solo en zapatos, en el 2013 se decomisaron 24.800 pares. Si cada uno tuviera un precio promedio de ¢30.000, la mercadería incautada representa cerca del 1% de las ventas totales en el país.
Los aparatos electrónicos y sus accesorios son también frecuentes.
La encuesta de Unimer del 2012 indicó que al menos el 77% de los videojuegos que compran los costarricenses son ilegales.
Además, el 67% de las consolas se venden alterados para que puedan leer discos falsos.
¿Cómo controlarlo?
Luis Alonso Bonilla, director de la Policía de Control Fiscal, explicó que este ente fue creado para controlar el ingreso y la comercialización de productos introducidos ilegalmente, así como la venta de productos adquiridos en el Depósito Libre de Golfito o traídos al país al amparo de beneficios de regímenes especiales.
Complementariamente se diseñan planes específicos tomando en cuenta variables que por estrategia no pueden ser especificadas pero que incluyen, entre otras, temporadas durante las que se intensifica el tránsito por ciertas vías, presencia de ciertos productos en el mercado y acciones coordinados con autoridades nacionales e internacionales.
No obstante, los datos indicaron que los decomisos son solo una pequeña parte del comercio ilegal.
En medidas específicas de control, Varela, de GS Uno Costa Rica, externó que una alternativa es la implementación de códigos de barras de dos dimensiones, conocidos como el GS1 Datamatrix y el GS1 QR.
Estos códigos pueden ser leídos por teléfonos inteligentes. Al leerlo el dispositivo muestra información sobre el número de lote, fecha de vencimiento, número de serie del producto, lo que permite su trazabilidad integral.
Las farmacias Fischel incorporarán el código en sus medicamentos a partir de junio del 2014.
En todas las farmacias existirá un lector (por si la persona no cuenta con teléfono inteligente) que le permitirá al cliente hacer un rastreo de los productos desde el ingreso a la bodega del distribuidor hasta la entrega al cliente en la farmacia.
Por su parte, Sánchez, de Fifco, detalló que desde la Asociación de Productores e Importadores de Bebidas Alcohólicas de Costa Rica (Apibaco) impulsan reformas a la legislación nacional y especialmente la ley que penaliza el contrabando.
“Es necesario que el Gobierno ejerza mayor control en fronteras, que se conforme un grupo de trabajo interinstitucional para abordar el tema de contrabando como prioritario, así como la sensibilización de los consumidores sobre las consecuencias negativas que conlleva adquirir productos ilegales”, consideró.
¿Qué es ilegal?
Evasión: El producto ingresa al país evadiendo el pago de la carga impositiva respectiva; o evade el pago interno al almacenarse en bodegas o casas. También implica una declaración equivocada de la partida arancelaria.
Sin permisos: Introducción de productos no autorizados por el Ministerio de Salud y el Ministerio de Agricultura y Ganadería.
Modificación: La importación sobrepasa las cantidades autorizadas, alterando los documentos probatorios de su composición química.
Falsificación: Se engaña a la administración aduanera declarando productos con descripciones muy generales, con precios ínfimos, vendidos luego como productos originales de marcas reconocidas a los precios de las prendas originales.
Fuente Policía de Control Fiscal.