¿Qué no se puede hacer en una propiedad de 1.560 hectáreas?
Esta es la consigna que la Universidad Earth lleva adelante en una finca que posee en Liberia, Guanacaste, donde ya inició los trámites para construir el Parque Científico Tecnológico Industrial.
Desde que la familia del expresidente Daniel Oduber donó la finca llamada La Flor, la Earth no ha dejado de planear y soñar en cómo lograr un mayor impacto en el desarrollo del país.
Como lo explica Carlos Murillo, director de Earth La Flor, este parque científico girará en torno a cinco ejes: energías limpias; manejo de agua; transformación de residuos y desechos; tecnologías de la información e innovación agrícola y empresarial, y biotecnología.
La idea es atraer, precisamente, empresas nacionales e internacionales dedicadas a la investigación, el desarrollo de nuevas tecnologías y la manufactura sostenible.
Sin duda son áreas que requieren, no solo una base intelectual poderosa, sino dinero.
Por eso la Earth busca, en esta oportunidad y como ha hecho con los otros proyectos que se han instalado en La Flor, establecer alianzas estratégicas para crear talento y financiar obras.
Se ha vinculado con Ad Astra Rocket (la empresa creada por el exastronauta Franklin Chang), con el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), con la Refinería Costarricense de Petróleo (Recope) y con el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA).
También lo ha hecho con el South West Research Institute en Texas, el Rhode Island School Design (ambas de Estados Unidos) y con la firma alemana de energías renovables, Juwi.
El Parque Científico Tecnológico Industrial estará en un área de 26 hectáreas de las 500 destinadas para el Centro de Alta Tecnología en Energía, Aeronaútica y Aeroespacial (Cateaa).
La Universidad aseguró que aún no tenía el monto de la inversión que requerirá dicho parque.
Como se recordará, el Cateaa es un proyecto ya en marcha que pretende formar supertécnicos para la industria aeroespacial, médica y de energías renovables.
Es fruto de un acuerdo entre la Earth y el INA para el cual este último ya destinó ¢190 millones.
Los futuros centro de alta tecnología y el parque científico compartirán espacio con Ad Astra y el otro inquilino en La Flor, la empresa Casa Phillips.
A buen paso
El plan de construir un parque tecnológico se viene ideando desde hace varios años. Originalmente la idea era iniciar obras en el 2008 pero la crisis mundial lo retrasó.
Este año, la universidad retomó la propuesta con un paso más acelerado y ya cuenta con el plan maestro de todo el proyecto que abarcará en su totalidad: un campus académico, un área residencial y el parque.
Las residencias están pensadas, dijo Murillo, para que en un mediano plazo hospeden a los colaboradores de las empresas y proyectos que, eventualmente, operen en el parque.
Mientras esta iniciativa se materializa, Ad Astra Rocket continúa con sus planes.
Allá tiene una filial de los laboratorios que perfeccionan el diseño del Cohete de Impulso Específico Variable de Magnetoplasma (Vasimr). También trabaja en proyectos de energía renovable.
Por tal razón, el impulso, tanto del Cateaa como de este parque tecnológico, está en completa sintonía con el interés de Ad Astra.
El Cateaa, por ejemplo, vendrá a capacitar profesionales en ramas poco típicas en el país, dijo Ronald Chang Díaz, director ejecutivo de Ad Astra Rocket.
“Mucha gente lo asocia con el tema aeroespacial, pero en realidad son técnicos que pueden trabajar en la industria médica, aeronaútica, de energías renovables asociadas a tecnologías avanzadas de plasma o resonancia magnética”, comentó.
Se espera que el Cateaa esté listo para finales del 2013.
De hecho, la Earth-INA han venido capacitando en las áreas de biomasa, microeléctrica y energía fotovoltaica.
Es una iniciativa que alegra a la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde) pues, a criterio de Vanessa Gibson, directora de posestablecimiento, en los próximos dos años las industrias instaladas en el país requerirán de, al menos, 200 técnicos especializados.
Y si de capacitación se habla, según contó Olman Segura, presente ejecutivo del INA, hace pocos meses el INA, Ad Astra y la Earth firmaron un acuerdo de cooperación con el South Western Institute de Texas, para recibir asistencia técnica, profesional y de investigación, y enviar estudiantes y técnicos allá.
El parque tecnológico creará un punto de convergencia entre la industria y organizaciones para que, “en forma conjunta, dinamicen la parte académica y la generación de fuentes de empleo que contribuyan a mejorar la calidad de vida de los habitantes de Guanacaste”, dijo Murillo.
Hidrógeno y metano
En Ad Astra sueñan más allá de lanzar un cohete al espacio con motor de plasma. Actualmente trabajan en tres propuestas.
La primera –en colaboración con Recope y la compañía Cummins– pretende generar energías renovables pero a partir de tecnologías costarricenses.
Para Chang Díaz, el país ya debe desligarse de los hidrocarburos y aprovechar los esfuerzos de 30 o 40 años en alcanzar porcentajes altos de energía eléctrica a base de agua y viento.
El objetivo de este primer proyecto es desarrollar tecnologías relativamente baratas para almacenar hidrógeno.
Chang calcula que el sistema de almacenamiento podría estar listo para finales del 2013. A él no deja de sorprenderle el nivel de preparación de los ingenieros ticos; eso sí, cree que aún falta mucho por hacer en promover la creación de tecnologías y el emprendedurismo.
El segundo proyecto, aún en análisis, es el diseño y construcción de un motor que mezcle metano e hidrógeno, con capacidad de mover un autobús pequeño.
Finalmente, quiere montar el Ad Astra Imaginación, un centro de enseñanza con componente turístico que, además de impartir cursos y seminarios, también ofrezca museos y un espacio interactivo. Con esta propuesta, podrían recibir estudiantes extranjeros para un Space Camp, con simuladores espaciales como los de la NASA, en Estados Unidos.
La flor del futuro
2004: En este año, la familia Oduber Elliott (conformada por Marjorie Elliot, viuda de don Daniel y sus hijos, Adrián y Ana María) donaron a la Universidad Earth una finca en Liberia Guanacaste de 1.500 hectáreas.
Agricultura y ciencia: La finca posee cultivos de mango, arroz, caña de azúcar y cítricos, pero se ha convertido también en un polo de desarrollo científico-tecnológico con planes ambiciosos para la investigación y formación en las áreas aeroespacial, aeronaútica y energías renovables.
Ad Astra: En el 2006, Ad Astra instaló sus laboratorios para el diseño y montaje del motor de plasma. A finales del 2013, podría quedar listo, justo a la par, el Centro de Alta Tecnología en Energía, Aeronaútica y Aeroespacial (Cateaa) y, más tarde, el parque científico.
Fuente Archivo EF.