Muchas son las empresas e instituciones que emprenden iniciativas de reducción de costos.
En nuestra encuesta global a empresas Save to Grow nos permitimos preguntar: ¿Cuáles son las prioridades estratégicas para el próximo año? Curiosamente, nos refirieron a la reducción de costos justo antes que el crecimiento, paradoja a la cual decidimos llamar “Ahorrar para crecer”.
¿Qué pasó cuando hicimos esta misma pregunta en el ámbito empresarial costarricense?
La respuesta fue contundente. La muestra de empresas encuestadas (105 compañías entre agosto y setiembre de este año) nos refirió, sin rodeos, que alcanzar mejores márgenes de rentabilidad es su prioridad fundamental en este próximo 2016.
Con ello reforzamos que, tanto a nivel global como local, las empresas están cada vez más conscientes de la importancia de estar más livianas para crecer y obtener una ventaja competitiva con sus pares.
Cuando de reducir costos se trata, también observamos que un alto porcentaje de empresas en el mercado nacional emprendieron una estrategia de reducción de costos en este 2015; la novedad reside en que solo la mitad de estas alcanzaron la meta propuesta.
Lista de obstáculos
Los impedimentos para lograr esa meta de reducción de costos son variados, pero por mencionar los más importantes nos indicaron: la falta de entendimiento o compromiso por parte la organización; la sobreestimación de los ratios de reducción y la falta de una cultura de seguimiento, todos como factores internos.
Otras barreras o limitaciones responden a altos costos de operación que imperan en el país, en el cual figuraron las altas cargas impositivas y costos de electricidad; estas, sin duda, preocupaciones extrínsecas de gran parte de empresas en el país.
Las instituciones financieras del país, a su vez, coincidieron en que la fuerte presión por el cumplimiento regulatorio ha dificultado asumir estructuras livianas y por ende menos costosas.
Con este panorama y con curiosidad, nos devolvimos a indagar sobre la meta de reducción de costos y contención de gasto, un hallazgo que no nos sorprendió dados los datos previamente citados. La meta promedio fijada por la mayoría de empresas fue incluso menor al 15% de sus costos totales.
La preocupación mayor de las empresas, lejos de las barreras para implementar estrategias de reducción de costos, es el impacto sostenido que puedan tener estas iniciativas.
El catálogo de iniciativas en reducción de costos es configurable según la situación, industria tamaño y giro de empresa, sin embargo iniciativas asociadas a la automatización, centralización de procesos back office y racionalización de proveedores y gasto externo son algunos de los comunes denominadores en el marco de este tipo de estrategias.
¿Qué se vislumbra en el 2016?
Un porcentaje aún mayor de empresas emprendiendo y ejecutando iniciativas en reducción de costos orquestadas en una estrategia que inclina la balanza hacia la transformación del modelo de servicio, la utilización de herramientas analíticas para rentabilidad y precios, y un fuerte apalancamiento en innovación y tecnología.