La búsqueda de un mercado financiero más regulado y seguro se ha perseguido por medio de profundas políticas regulatorias que le han restado competitividad a nuestro mercado de valores.
Muy oportuno resulta pensar en promover cambios como los que plantea el nuevo presidente del Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) y la hoja de ruta propuesta por la IFC del Banco Mundial. Es necesario cambiar el rumbo de la regulación sin debilitarla: igualar la cancha y reconocer las ventajas de la globalización.
El potencial del mercado de capitales sigue sin aprovecharse y esto es una responsabilidad compartida entre los participantes y el Estado, que debe ejecutar acciones claras.
La propuesta busca dar paso a un sistema matricial basado en dos áreas de competencia: la solvencia y el comportamiento de las entidades.
También demanda una transformación en la mentalidad de los funcionarios, acostumbrados a atender parcelas separadas de la actividad de los operadores.
Tendríamos una visión integral del sistema financiero, con el conocimiento y la experiencia de sus funcionarios en una única área y con una visión macro de los riesgos que sumen los grupos financieros.
Se crearían condiciones para nivelar la cancha a las entidades supervisadas, eliminando la posibilidad de arbitrajes regulatorios. También debería reducir los costos al evitarse la duplicidad de funciones.
La Bolsa Nacional de Valores apoya los lineamientos esbozados por el presidente del Conassif y confía que estos se plasmen en reglamentos que reflejen esta orientación y permitan hacer un uso racional de los recursos utilizados en la protección de inversionistas.