El editorial que publicó EF la semana pasada acierta en su perspectiva sobre los “cuidados” a los que debe someterse Racsa.
El gerente de Telecomunicaciones del ICE y presidente de la junta directiva de Racsa, Jaime Palermo, ha sido omiso al aclarar algunos puntos sobre el alineamiento estratégico efectivo de Racsa, sobre todo, considerando las pérdidas de la entidad en los últimos años.
Racsa había hablado de brindar Internet ultraveloz mediante un acuerdo con la empresa Vía Europa.
Ahora Racsa anuncia que dejará de ofrecer Internet residencial para revertir siete años de pérdidas y que se dedicará al sector gobierno.
Racsa no detalla cómo va a conseguir estabilidad en sus operaciones entre el 2015 y el 2016.
¿En qué basa Racsa su giro de negocios y la decisión de reorientar sus servicios hacia el sector público?
¿Cómo darán a conocer ese portafolio de servicios?
Tampoco sabemos si los 530 empleados de Racsa reúnen las habilidades necesarias para los servicios de innovación que pretenden brindar.
Nos preguntamos si Racsa usará la figura de convenio para no tener que licitar sus servicios al Gobierno y cómo justificará esa figura, a la luz de los principios de igualdad contenidos en la Ley de Contratación Administrativa.
¿Cuáles competencias, destrezas o habilidades ofrecerá Racsa al sector gobierno, que no pueda ofrecer el ICE o cualquier otro integrador tecnológico del país?
¿Cómo vamos a lograr un cambio de paradigma efectivo y que no sea un palo de ciego?
Esperemos que los cuidados intensivos para levantar a Racsa no sean equivocados.