El editorial llama la atención sobre asuntos como el incremento de la brecha educativa entre pobres y ricos en los últimos 20 años y los problemas del sistema educativo para incidir en esta tendencia.
¿Por qué si estamos invirtiendo más en educación, la cancha no se nivela?.Hay varias respuestas. Primera: es decir que se invierte con la intención de ampliar las brechas en el sistema educativo, lo cual no es cierto.
Segunda: es que en una transición donde las cosas mejoran, un resultado previsible es que se amplíen porque no todo se puede arreglar a la vez.
Tercera: se invierte más pero sin reformas profundas. El Estado de la Educación ha señalado que el diseño del cambio es clave, pero hay fuertes resistencias y déficits. También señala que se requiere atacar los rezagos entre los que destacan: el bajo logro educativo, las brechas entre modalidades educativas, los problemas de rendimiento y comprensión lectora, bajas promociones y altos niveles de exclusión de estudiantes en séptimo año. Los avances en los últimos años (financiamiento, mayor acceso y renovación parcial de la oferta) no han transformado una estructura que promueve desempeños mediocres y resistencias a las reformas.
En esta situación, toda reforma es parcial y las mejoras caminan despacio. Para revertirlo, el informe llama a promover una estrategia-país que genere conexiones eficientes que liguen más financiamiento a mejores resultados, más titulación de profesores a mayor exigencia académica e infraestructura a ambientes de aprendizaje de mayor calidad.
Así, la inversión en educación será un mecanismo clave y eficiente para nivelar las oportunidades.