En el 2012, un crecimiento económico que terminará siendo de alrededor de un 5% resultó en la generación de miles de oportunidades de empleo, un aumento del ingreso familiar en términos reales, y una reducción –lo que sucede por primera vez en los últimos cinco años–, de un 1% en el nivel de pobreza.
Mientras tanto y según datos de la Cepal, la economía mundial creció alrededor de 2,2%.
Para el próximo año, el Fondo Monetario Internacional espera un crecimiento mundial cercano al 3%, mientras que la estimación del Banco Central de Costa Rica es que nuestra economía crezca entre 3,75% y 4,25%.
Todas estas cifras hacen pensar que calificar de “mediocre” el desempeño económico del país parezca excesivo.
Una cosa es que la economía pueda estar creciendo por debajo de su potencial pleno en un contexto en el que nuestros principales socios comerciales no terminan de recuperarse de la crisis financiera del 2008; y otra es desestimar tasas de crecimiento como la que tuvo el país en el 2012 y la que se espera para el 2013 como “mediocres”.
En cuanto al peligro de caer en un “ciclo político”, a estas alturas debería ser evidente que este es un gobierno que se ha caracterizado por su responsabilidad fiscal. Es precisamente esta disciplina lo que ha propiciado un entorno macroeconómico caracterizado por una inflación baja y tasas de interés estables.
Las peticiones que diferentes grupos han presentado al Gobierno se han analizado a la luz de este principio de responsabilidad y no han derivado en un agravamiento de las condiciones fiscales.