La comedia de La Nación se trasladó a su subsidiaria El Financiero , en su campaña contra el sector arrocero. Su ira mediática salta ante el apoyo del Gobierno al sector arrocero con la fijación de una barrera arancelaria del 62% a las importaciones de arroz pilado en manos de una minoría ajena al sector.
Se ridiculiza el editorialista, si piensa que los consumidores creerán su farsa de que unos pocos harán negocios con las importaciones. Sus argumentos rebobinan el tema de la Organización Mundial del Comercio, entrevistando a exfuncionarios ticos ante ese organismo, destituidos en esta administración.
Ya no menciona el aumento en el precio del arroz. Los vaticinios de los estudios de sus fuentes consultoras fallaron, al anunciar el ministro de Economía una rebaja de ¢52 por bolsa de 2 kilos en el precio del arroz al consumidor para la calidad 80/20.
Su farsa de engañar a la opinión pública, ocultándoles la verdad sobre quiénes son los importadores de arroz a los que el Grupo Nación defiende, parece llegar a su final. Son personas con ligamen político y algunos de sus consultores son directivos de empresas importadoras de arroz pilado. Al público le aseguramos, que la importación de este arroz no da ningún beneficio socioeconómico a los consumidores y solo favorecería el bolsillo de unos pocos importadores, que no compran granza al productor nacional ni generan empleo en el sector arrocero.
Continuaremos defendiéndonos de los farsantes críticos de un gobierno defensor de la seguridad alimentaria, esa que El Financiero y el Grupo Nación, quieren que se pierda. Esa es la farsa de El Financiero ... ¿hasta cuándo?
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