Imagine una nación con las siguientes características...
... una en la cual lograr acuerdos políticos es sumamente difícil y en la que, cuando estos ocurren, son mal vistos por una parte importante de la ciudadanía.
... en donde los políticos y sus partidos han perdido prestigio, credibilidad y capacidad de articular y ejecutar proyectos y obras.
... además, en el que menos del 50% de sus jóvenes completan la educación secundaria en un sistema bastante mediocre.
... eso no es todo: donde la infraestructura atenta contra la productividad, contra la calidad de vida y contra la seguridad de sus ciudadanos.
... en materia de energía, esta es cada día más cara y menos sostenible.
... en el cual la forma de negociar es chantajear al gobierno de turno hasta que éste, por debilidad, cede a lo que se le exige para beneficio de unos pocos y en perjuicio de las mayorías.
... como si fuera poco: una nación donde el clientelismo político es más eficaz que la estrategia para alcanzar metas; en la que los intereses sectoriales se anteponen al interés nacional.
... un país que ha perdido su identidad, así como una buena parte de la confianza entre individuos y organizaciones.
... asimismo, allí los costos de transacción suben cada día restando al país competitividad, productividad y calidad de vida.
... donde la pobreza y la inequidad amenazan cada día a más gente.
Se pensaría que tal nación va rumbo al colapso.
Un colapso producto de la tolerancia y pasividad de una ciudadanía que no exige a todos sus políticos que se den los acuerdos necesarios para romper el estancamiento.
No solo para eso. También para que se logren los cambios y reformas que devolverían a esa nación su capacidad de soñar, creer, crecer y ofrecer a cada uno de sus habitantes una mejor calidad de vida y mayores oportunidades.
¿Conocen ustedes alguna nación así?