Con 22 años de carrera administrativa dentro del Régimen de Servicio Civil, creo que es el momento de hacer un alto y un llamado a no permitir más este tipo de comentarios que lejos de ayudar al fortalecimiento de la Administración Pública, inmerecidamente afectan la autoestima de miles de personas que, día con día, se esfuerzan por correr una milla extra en su labor cotidiana.
Estos comentarios solamente refuerzan el mito de que “los vagos” son los funcionarios públicos, sin reconocer que, en cualquier espacio laboral, público o privado, trabajan personas no comprometidas con la causa de la empresa.
Por experiencia sé que son los menos.
¿Acaso estos que escriben y caracterizan al funcionariado público con tal vehemencia, conocen las particularidades de cada puesto de trabajo y las condiciones adversas en las que se debe hacer frente a las responsabilidades diarias? ¿Habrán estado en los zapatos de un docente frente a un joven que requiere apoyo y solidaridad cuando ha sido víctima de la violencia doméstica, drogas y alcohol?
Es necesario recapacitar y advertir que, a pesar de las deficiencias, son más los beneficios que los perjuicios recibidos del Estado y los perjuicios de la función pública en general.
Somos respetuosos
Desde su creación, la DGSC ha respetado la normativa costarricense en materia de empleo público y esta no será la excepción.
Los criterios emitidos por la Sala Constitucional rayan en la ilógica y descontextualización de las tendencias mundiales en materia de contratación de personal y de la situación presupuestaria del Poder Ejecutivo.
No obstante, la DGSC hará lo que tenga que hacer sin abandonar su misión de reclutar a las y los mejores para ocupar los puestos que queden vacantes.
La crítica construye, el insulto o el desprecio no; dirijamos las energías a proponer ideas creativas, novedosas que propicien el desarrollo de nuestras instituciones, en un marco de respeto y apegados a principios de justicia y solidaridad.