El crecimiento del ingreso per cápita no debe ser equiparado con desarrollo, como si otras dimensiones del avance de una nación fueran irrelevantes.
De hecho, es más importante cuán eficaz y eficientemente cada nación convierte el crecimiento del ingreso y de la productividad en bienestar para su habitantes.
Hace casi 4 años Sen, Stiglitz y Fitoussi escribieron sobre cómo las malas medidas de desempeño estaban llevando a gobiernos y naciones hacia un desarrollo desigual y cómo las medidas equivocadas o incompletas han causado malas decisiones.
La semana pasada en Oxford, una nueva pero influyente organización, llamada The Social Progress Imperative, presentó a consideración de la comunidad internacional un nuevo índice en el que se mide, con base en un total de 52 indicadores sociales y sin contenido económico, el progreso social de las naciones.
Su objetivo es complementar las medidas del desempeño de las naciones –el crecimiento del ingreso, el índice de competitividad y el Índice de Desarrollo Humano– para ofrecer a gobernantes, líderes sociales, filántropos, empresarios y organismos internacionales una medida que les permita identificar prioridades y oportunidades en el campo social para avanzar el desarrollo de sus naciones.
La nueva medida, que han llamado Índice de Progreso Social, ya fue publicada en el sitio web www.socialprogressimperative.org, en el que se pueden ver los resultados a la fecha.
Entre estos resultados se encuentra el de Costa Rica, que ha salido bastante bien, reflejo de su historia de inversión social y desarrollo institucional.
En el nivel local se está trabajando con Incae, con el Estado de la Nación y con otras organizaciones, incluido el Gobierno, para que la nueva medida se adopte formalmente al lado de las medidas económicas que parecen ser la guía estratégica de nuestros tomadores de decisiones hasta el presente.