Costa Rica ha asumido un liderazgo interesante en la medición de desempeño social como elemento central de la toma de decisiones.
A la medición y aplicación en el diseño de políticas del Índice de Progreso Social, debemos sumarle versiones diseñadas para los clusters turísticos del país y para sus comunidades cooperativas, los cuales permiten invertir de manera inteligente para mejorar el bienestar colectivo de sus comunidades relevantes.
El país también destaca por su original aplicación del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), el cual –según el director internacional de la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford, John Hammock– es el único país que lo ha desarrollado por medio de una alianza público-privada; en este caso entre Horizonte Positivo (H+), asociación empresarial sin fines de lucro, la Segunda Vicepresidencia, el Ministerio de Hacienda, el Instituto Mixto de Ayuda Social y Fodesaf, entre otras entidades.
La semana pasada H+ presentó el Índice de Pobreza Multidimensional Empresarial (IPMe): herramienta para que las empresas combatan la pobreza multidimensional en su fuerza laboral y sus familias, y sus comunidades.
Según John Hammock, el IPM de Costa Rica es un ejemplo de colaboración público-privada en el combate a la pobreza; y ahora, por medio de IPMe, un caso de innovación global de cómo las empresas pueden mejorar su productividad, relaciones laborales y sostenibilidad, al tiempo que colabora con el Gobierno, su comunidad y contribuye a eliminar la pobreza.
Esto no solo por medio de empleo, sino con este novedoso enfoque multidimensional y a través de innovación en responsabilidad social y en sus relaciones con los gobiernos locales y nacional.
Una excelente iniciativa que debe ser acogida por todos los empresarios y, mediante las empresas, cruzar la frontera de camino al resto de planeta… desde Costa Rica.