Hace unas semanas participé como panelista en un programa de mujeres líderes. Me llamaron la atención la gran convocatoria que tiene el tema y lo fácil que parece solucionar los temas pendientes.
Igualmente claro me quedó que los aspectos culturales son los más difíciles de superar, pues aún muchas de las mujeres y hombres líderes de la región cargan con grandes prejuicios y costumbres que terminan por perpetuar diferencias injustificables.
En particular, creo que debemos movernos a “acción afirmativa” de manera mucho más directa. Esto es iniciar de inmediato a cerrar las brechas prácticas en niveles de salario, acceso a posiciones clave en gobiernos institucionales y corporativos, y a promover activamente a mujeres a cargos de creciente importancia.
Agregaría la licencia de parternidad para dar flexibilidad a las familias jóvenes sobre la forma de atender sus necesidades en este campo.
Creo que en las clases no profesionales y técnicas es indispensable crear una red de cuido eficaz para liberar a las familias afectadas de situaciones de cuido de menores, ancianos y personas con limitaciones de cualquier tipo que restringen su capacidad de alcanzar su potencial real.
Se deben promover muchos programas –como Mente (Mujeres en Tecnología)– y becas para llevar muchas mujeres a organizaciones y puestos de carácter científico y tecnológico, que desencadene toda su capacidad y creatividad sobre nuestro futuro.
Nuestro mandatario es copresidente del Programa de Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer. En el año de gobierno que le queda debe enfocarse en este tema con profundidad y, por medio de los tres temas sugeridos, dar pasos en firme y enviar un poderoso mensaje al mundo.
En el 2021 debemos ser una economía moderna y carbono neutral, pero ante todo una nación con verdadera equidad de género. Los cimientos de esta equidad podrían ser parte esencial del legado de este gobierno. Ojalá así sea.