P or tercer año consecutivo, EF realiza el Perfil del Consumidor Costarricense, la investigación más completa y actual sobre los hábitos de compra y consumo de los ticos. En esta edición publicamos un resumen de este estudio, mientras que el próximo 28 de agosto presentaremos –en un evento especial– una radiografía completa de los compradores en el 2014.
Según la estimación del Banco Central de Costa Rica, el consumo de los hogares en Costa Rica es de ¢17,5 billones en el presente año y representa el 64 % del Producto Interno Bruto (PIB). Es decir, las decisiones de los consumidores mueven gran parte de la economía nacional. Por ello, es importante estudiar las decisiones del consumidor y sus modificaciones.
En promedio, los hogares en nuestro país después de la crisis de inicios de la década de 1980 han tenido una tendencia creciente al aumento de su capacidad de compra. Las diversas investigaciones muestran que los hogares exhiben un mayor acceso a diferentes bienes y servicios.
Sin embargo, la economía costarricense y los consumidores han pasado por diferentes períodos de mayor o menor crecimiento. En general, estos años de vacas gordas o de vacas flacas han respondido a choques externos que ha enfrentado la economía de Costa Rica.
Entre los años 2005 y 2007 la economía vivió un fuerte crecimiento inducido por la bonanza internacional. Luego la crisis internacional de 2008-2009 frenó la fuerte expansión anterior.
En los últimos cinco años se ha recuperado en forma modesta el crecimiento del consumo, pero sin regresar a la época de la bonanza. El consumidor montado en esta montaña rusa se muestra relativamente precavido: observa, recorre establecimientos y compara antes de tomar sus decisiones, según el Perfil del Consumidor de 2014 contratado a la firma Unimer.
Hoy día se tiene un consumidor que pondera más fuertemente el precio que pagará por los bienes y servicios consumidos. Por lo tanto, es un comprador que se cuestiona en mayor medida las acciones de la responsabilidad social empresarial y el consumo ambientalmente responsable que puedan aumentar el precio pagado.
A pesar de la existencia de ciertas tendencias generales del consumidor, como las mencionadas anteriormente, la riqueza del estudio está en la desagregación de los consumidores entre experimentalistas, insatisfechos, satisfechos y fieles.
Adicionalmente, el Perfil permite conocer los comportamientos específicos del consumidor en las actividades de entretenimiento, cuando visita centros comerciales, supermercados y tiendas de conveniencia, cuando sale a comer a restaurantes de comida rápida o comida informal, cuando compra ropa, electrodomésticos y vehículos, cuando adquiere servicios bancarios, de salud y de educación o cuando adquiere bienes de la nueva tecnología.
La riqueza y actualidad de la información obtenida en el Perfil del Consumidor, tanto la publicada en esta edición, como la que presentaremos en el evento del 28 de agosto, son una herramienta muy importante para la toma de decisiones de las empresas.
Esperamos que nuestro esfuerzo contribuya a tomar mejores decisiones en este y en el próximo año.